domingo, 29 de julio de 2018

Poesía de Gilberto Zúñiga


En la ciudad se pierde el nombre, la
voz
          Desaparecen en silencio
uno a uno nuestros padres
Los que sus brazos hicieron
ya se borra en las fachadas
          En la tarde mientras camino,
veo
el viejo puente derrumbado,
tomo una piedra pero ya no hay
nadie
contra quien lanzarla
         Una bicicleta que nos
llevaba en la oscuridad pulsa
un centímetro bajo la piel
me hospeda
          y guarda para ti sus ojos
Mi cuerpo muere por fuera
aunque en las tardes frías
zozobran las hojas en la estación
          El hacedor de los inviernos
nos deshoja
aun por dentro
          Solo cruza la frontera
el cadáver en el río del migrante
nada
que declarar
bajo un mismo sol y cielo.

Tomado de la página Un poema al día del maestro  Felipe Garrido

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