domingo, 28 de abril de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Se tiene que tener amor propio para tener la posibilidad de compartir amor. Saber cual es la justa medida de reconocernos valiosos, primero aceptarnos a nosotros mismos y estar constantemente en la búsqueda de ser cada día mejores. 
      La autoestima es indispensable, así como el encontrar el nivel suficiente en el que no llegue a convertirse en soberbia, en egolatría. Nada que no poseas podrás ofrecer a los demás, pero tampoco serás capaz de hacerlo si tus posesiones te convierten en un ser avaro, egoísta, que vive para si mismo solamente.
     Quien ha sido capaz de compartir experiencia, sabiduría, fe, amistad, amor, y algo igual de invaluable, su tiempo, ha agregado al cúmulo de bienestar que seguramente posee, la inmensa satisfacción de saberse útil, de haber satisfecho una necesidad ajena. Parafraseando a Benedetti, de haber sido cómplice de alguien para ayudarlo a usar el corazón, o para ser una luz en medio de la obscuridad, y despejar la mente para poder pensar con claridad.
     Es desperdiciar el poseer sin compartir, porque en la vida finalmente lo que más huella deja es saber que estuvimos ahí, cuando se nos necesitó, que supimos darle espacio al otro para acompañarlo, para ayudarlo, a veces tan solo para escucharlo y con eso aligerar su carga.
     Nunca debiéramos estar tan ocupados, como para no darnos el tiempo de darle la mano a quien acude a solicitarla, tener empatía con quien(es) ven en nosotros un apoyo, porque quizá la mejor manera de agradecer los dones y bienes recibidos, sea la correspondencia en acciones y no tan solo pronunciar la palabra "gracias".

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