Busco un espejo entre el barullo
Miro pedazos de mi rostro
reflejados en otros.
No soy
yo.
Voy tras mi razón de ser
Por las henchidas arterias
Del mediodía urbano
Me turban los bocinazos
Me aturden los gritos
Quedo paralizada
Ante el
rojo vibrante
De los semáforos.
Los humanos forman pares,
Grupos, convenciones.
Me busco ahí, no me encuentro
Al caer la tarde, casi en rastras
Cruza frente a mí un mestizo
Afanado en escarbar
Entre restos de comida.
Mete la nariz y
husmea,
Su cola no para de girar
Como una hélice.
Feliz con su tesoro del día,
lo poco que es tanto para él.
Ahí, en lo más sencillo
comienzo a descubrirme.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario