domingo, 20 de octubre de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


No trates de entender lo que es la vida. Difícil descifrar el entramado de esta sucesión de etapas que inicia al nacer y termina en la muerte. 

La mejor filosofía para vivir, está en no enredarse la mente, en dejarla fluir y sentirla, en palpar, oler, degustar, ver. Dejar que nuestros sentidos nos transmitan la fuerza que emana de nosotros mismos, de nuestro alrededor. Esta energía que nos mueve, que mantiene el impulso en cada amanecer, y que hay que utilizar sin desperdicio, en el mejor proyecto que puede un ser humano tener, que es ser feliz.

Nadie es feliz, si no se decide a serlo, si se pone trabas mentales, si se obsesiona con la idea de descubrir la verdad sobre la existencia. No hay una verdad única. Finalmente lo único cierto, es que venimos esta corta temporada al mundo, y hacemos de este mundo nuestra realidad, respetando la de los demás. Lo conseguimos siendo empáticos y tolerantes; defendiendo nuestras creencias; manteniendo nuestra voluntad, pero sin egoísmos. En el entendido de que nuestra mejor misión será siempre el trascender en la memoria o el corazón, de quienes coinciden en tiempo y geografía, por un lapso de tiempo o de por vida.

A veces no entiendo esta vida, pero al fin y al cabo no por no entenderla menos la aprecio, así como viene, como me ha tocado vivirla. No puedo sino sentirme afortunada, y en el infortunio he aprendido, que una y otra vez puedo resurgir de la nada. No tengo que enredarme, ni dedicar demasiado tiempo a resolver los enigmas, que sabios de todas las épocas no han logrado descifrar.
Mi esencia es más que carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Soy más allá de un cuerpo, espíritu que vibra, que me inspira y me guía. No tengo ciencia que me conforme, ni filosofía que me convenza. Solo sé que mi existencia es don divino, y que existe Dios, con la concepción que cada quien le quiera dar: Esa es la respuesta que a mi alma le da paz.

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