SILENCIO Y ARCO IRIS
Hondo silencio, presagio de tempestad.
La bestia roca emerge de su cueva. Se lanza, despiadada,
a tumbar los colores del arcoíris: Yellow, red, green,
white.
Se cierne en el ciberespacio una densa nube
Seguida de oleadas furiosas con
puños y dientes.
Silencio: Duelo de la yerba mala que un día se sembró como amor.
Pausa de azoro, súplica cotidiana desoída
Silencio como vaso roto, en la debacle de los gritos
De una furia
bestial.
Arrebato, humillación, enojo con la vida.
Silencio, sarcófago de muerte
Ahí se comienza a morir el primer día
Y se sigue
cada vez progresivamente,
poco a poco, hasta el final.
Silencio, súplica, impotencia, dolor históricamente
contenido,
Te veo caminar sobre el borde del precipicio, un paso cada
día.
Escucho tu súplica llorosa al verdugo, pensando en tus niños:
“Espérame,
escucharon, escucharon”
Palabras con ecos que retumban en
oídos cual tapias.
Sororidad, amiga Jacqueline: Estamos contigo hoy y siempre.
Nos enfundamos tu dolor,
todas y cada una como si fuera nuestro,
así queme la piel.
Aquí están: Palabras y manos para curar heridas,
calmar tu
llanto, consolar tu duelo.
Haremos un círculo, una valla protectora que te guarde.
Queremos aplacar los sollozos que al mundo estremecieron:
“Espérame.” “Escucharon, escucharon”
Voz en llanto de pérdida y derrota.
No estamos aquí para juzgarte. Queremos arroparte en tu proceso
de búsqueda hacia el puerto de ti misma.
Esa isla salvadora donde tu opción será
Que suceda lo que tú elijas que suceda. Nada más.
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