domingo, 6 de noviembre de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

En estos días en que la muerte toma un papel protagónico por su festejo en México, una pregunta a mí misma y que extiendo a mis amigos y familia, me hizo ruido en la mente. ¿Qué pasaría si hoy la muerte te anunciara su llegada a tu círculo cercano, familiar o amistoso? sin precisarte quién, solo te alertara que estaba muy cerca y uno de ellos le haría compañía a muy muy corto plazo.

Entre el miedo, la pesadumbre, la incertidumbre de no saber quien, pero desear que no fuera ninguno, porque simplemente son seres amados que uno quisiera fueran eternos, o sinceramente lo digo, irse antes que ellos, para no sufrir su ausencia, repasé no a todos, pero a una gran mayoría de mis seres amados.

En este recorrido, sentí una angustia enorme de pensar en perder a cualquiera, pero más de que la vida no me diera la oportunidad de limar asperezas, de reconciliarme, de siquiera indagar el porqué nos había distanciado un "no se qué", que con el tiempo va minando las relaciones y haciéndonos sentir lejanos de aquellos con los que nos vinculan lazos sanguíneos, familiares o amistosos, que nunca debieron haberse dañado sin haber buscado un reencuentro sincero, dándole al tiempo la oportunidad de hacer la grieta más profunda, e incluso acrecentándola con pensamientos negativos que nuestra mente herida crea o malinterpreta.

Doloroso perder a quien amamos, y con quien mantenemos una relación fraterna y sin tropiezos, que mantenemos cerca, haciéndole saber de nuestro cariño, pero más doloroso ha de ser arrepentirse después de la muerte de no haber sido capaz de reconocer nuestros errores, aceptarlos, pedir perdón o perdonar en su caso, aclarar sentimientos, con quienes definitivamente hemos llevado en el corazón por tanto tiempo y cuyo significado en nuestras vidas es tan profundo y valioso, que por más que intentemos, no es posible relegar a un segundo plano. El orgullo, los resentimientos, la apatía, solo en vida se pueden vencer; la muerte ablandará nuestros corazones, pero ya entonces tan solo el arrepentimiento y un profundo dolor nos acompañarán el resto de nuestras vidas, tan solo por no habernos atrevido a dejarnos ser presa de tan nocivos sentimientos.

Hay que elegir vivir en paz, sin cargas que solo en vida podemos dejar a un lado. Hay que buscar siempre librarnos del rencor, perdonar, conciliar, y no temer ser el primero en dar el paso. La humildad es nobleza que siempre gratifica.

No quisiera tener que ser alertado de la pérdida de un ser querido, para decidir de una vez por todas dejar de tener sentimientos hostiles en mi corazón para cualquiera de ellos, fuera cual fuese el motivo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario