domingo, 29 de octubre de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Mis queridos muertos, mis muertos inolvidables. Dignos de mantenerse en sitio privilegiado, recordados siempre, siempre presentes aunque se hayan ausentado físicamente. ¡Que bueno que vivieron queridos difuntos! Se fueron a su tiempo, de eso estoy segura, no al mío, no al que yo hubiera deseado, pero al tiempo que tenían ya destinado y agradezco tanto que hayamos coincidido, tan próxima, tan íntimamente, que ahora con tan solo recordarlos me invade la nostalgia de esos tiempos en que pudimos entrelazar nuestras historias.  Nostalgia sí de esas vivencias, pero fueron tan plenas, tan dichosas, que gusto recordarlos sin dolor, no pienso en su partida, no la olvido, pero no insisto en ello, prefiero remontarme a todo aquello que hizo su existencia invaluable, que me deja una sonrisa en los labios, que me agita el corazón, que me emociona y me hace sentir como si fuera real- Su mirada, su abrazo, sus voz, su presencia. 
Mis muertos me acompañan cada día, no quiero convertirlos ni en tragedia, ni en dolor insuperable, ni en tema que merezca compasión. Por el contrario quiero compartir con alegría cada experiencia que en vida disfrutamos juntos, quiero que sepan que en mis queridos muertos tuve el afecto, la compañía, el ejemplo, la posibilidad de recorrer con ellos por caminos llanos y sinuosos. Que ninguno de mis muertos fue perfecto ni lo elevo con la muerte a tal categoría, aprendí de sus aciertos y también de sus errores, hubo que perdonarles y pedirles perdón alguna vez y, nada con ellos por fortuna fue imperdonable. Festejo a mis amados muertos, celebro su vida e indulto a la muerte que de tajo o a veces insinuándose poco a poco nos separó físicamente en forma transitoria, porque mientras mi memoria no me abandone y no deje de latir mi corazón, mis muertos acompañan mi presente y la muerte que un día nos separó será la misma que de nuevo nos reúna.

1 comentario: