domingo, 29 de octubre de 2023

FRAGMENTO SOBRE LA TRADICIÓN DE LOS ALTARES DE MUERTOS EN MÉXICO


El 31 octubre, día de plaza de muertos, se fueron muy temprano a comprar Flores cempasúchitl, inmortal y púrpura borla, había, pollos, gallinas, guajolotes y chile seco para los que todavía lo llevan al molino para hacer el mole negro en casa, compraron pan de muerto, velas, calabazas güiche y de támala, cañas de azúcar, chocolate, cacahuates, manzanitas de tejocote, nueces, copal, cajitas de muerto, entierros, calaveras de dulce, en fin, un sin número de mercancías que olían a estos fríos días de muertos.
     Ese mismo día fueron al panteón a arreglar las flores en sus jarrones, para, ahora si, ir a preparar en su casa los alimentos para la ofrenda, calabaza en conserva, mole negro, nicuatole, chocolate, tejocote en dulce, tamales, etc.
     Por último a hacer el altar, sobre una mesa y debajo de ella, colocaron cajones en siete niveles, se dice que por los siete pecados capitales, en el primer nivel va el santo devoto del difunto; en el siguiente las ánimas del purgatorio que lo ayudan a llegar al cielo; después la sal para la purificación del espíritu; el pan de muerto que representa la eucaristía; su comida favorita, las frutas de la temporada y por último, la cruz de semillas y pétalos, lo terrenal y espiritual. Los altares de tres niveles significan el inframundo, la tierra y el cielo; de las patas de la mesa amarran las cañas de carrizo, dándoles forma de arco triunfal, amarrándoles las puntas, la dualidad, cielo y tierra, vida muerte que se entrelazan, es la puerta del inframundo por donde pasarán las ánimas, del arco cuelgan flores, fruta y pan.
     En los floreros el cempasúchitl, la borla, los alcatraces, y no pueden faltar el agua y mezcal, las velas que son una luz para el camino y el copal, que une tierra y cielo cuando el humo sube, por último colocan un camino con pétalos de flor de cempasúchitl. Un día se espantó al oír ruidos debajo del altar, era su hermano comiéndose el nicuatole.
     Llegaron al panteón General el día 2 de noviembre, ahí se oficia una misa a las doce del día para los fieles difuntos, el día 1 habían llegado los santos inocentes, en esos días empieza el frío de muertos.
     Su mamá ya preparó la canasta con sus muertos para el tío Ale, recuerda cuando en las calles de la capital oaxaqueña era un ir y venir de personas portando sus canastas o charolas con la ofrenda, era el intercambio de muertos, enviaban sus ofrendas para agasajar a parientes y amigos y también recibían, esta costumbre ha desaparecido porque ya no hay quien viva en el centro histórico.
     Aunque aún perviven costumbres como la noche del 1° de noviembre en que salen las comparsas enmascaradas para ahuyentar a los muertos y ayudar a las almas a retornar al más allá, salen de los barrios de Trinidad de las Huertas, Jalatlaco y otros.
     Y los Tapetes de arena, que vienen de la tradición de la levantada de cruz de los nueve días de haber perdido un ser querido.

Texto e imagen tomados de la página de Fb "Oaxaca, la historia jamás contada" de Guillermo Rangel Rojas, con su autorización.


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