domingo, 1 de septiembre de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Es bueno estar bien con uno mismo, porque la soledad es mucho más llevadera cuando uno logra establecer una buena relación entre la mente y el corazón propios.

Nada que uno no pueda perdonarse, nada que se quede como espina clavada para esperar que estemos a solas para enterrarse más y doler. Saber reconfortarse uno mismo, de no ver en la soledad un castigo, sino una oportunidad de habilitar el talento de construirnos un entorno que fortalezca el alma, que no nos victimice ni tampoco nos haga rehenes.

Buscar la compañía, saber prescindir de ella, llenarse el corazón de afecto para tener siempre a mano, una palabra, una caricia añeja que se renueve tan solo al evocarla.

Será que mi soledad siempre está acompañada de vivencias, amenizada con esa nostalgia que va dejando todo momento que nos caló hondo en el alma y que nos hizo vibrar, que deja huella perenne, que nos arranca suspiros, que nos mueve a continuar tejiendo bellos momentos que aligeren la soledad.

Me entiendo, me caigo bien, me reto y me reclamo a veces. Me felicito también. Me juzgo severamente, y cumplo la penitencia, pero no me quedo esclavo ni con cargos de conciencia, soy humano, soy falible, tengo derecho al perdón.

Me gusta estar conmigo, porque finalmente sé en mi alma habita el amor de muchos seres humanos, porque tengo más que un cuerpo, un corazón y un cerebro, tengo espíritu y en él la fortaleza de un Dios en el que creo y confío.

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