Aquí dos reflexiones tomadas de su obra narrativa, y que tienen una gran aplicación en los momentos que estamos viviendo, a más de treinta años de su muerte:
Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y las leyes no te protegen de ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos en contra tuya; cuando observes que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrás afirmar sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada”
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No dejes que tu fuego se extinga, chispa por chispa irremplazable. En los pantanos sin esperanza del "todavía no", "no por completo", y "siempre no", no dejes que el héroe en tu alma perezca y que solamente quede la frustración por la vida que merecías tener, pero nunca has podido alcanzar. El mundo que deseas puede conquistarse, existe, es real, es posible, es tuyo.
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