domingo, 10 de abril de 2016

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Los padres siempre deseamos que nuestros hijos concluyan una carrera, que tenga un título, que sean capaces de dominar un oficio.

Esta vida se convierte en eso, en una carrera por llegar a la consecución de metas. Alcanzada una, aparecerá otra,más en la época actual que se requieren varios títulos antes de considerarse un profesional en toda la extensión de la palabra.

Poco a poco también han aparecido otras exigencias por las cuales la gente parece preocuparse sobremanera, cada día es más importante tener una figura torneada, con abdomen de "lavadero", brazos y espalda bien definida, figuras que se acerquen a la perfección a través de dietas cada vez más excéntricas,decenas de tendencias deportivas que ofrecen ser la mejor opción y, si la dieta y el ejercicio no son suficientes. o bien se desea potenciar los beneficios se recurre a la reina de las cirugías, la estética.

La vida actual no se concibe tampoco sin una carrera por adquirir artículos de marca, excepto en las medicinas en las cuales no parece mala idea ahorrarse un poco en marcas "patito", en lo demás no se escatima. Quién puede andar por el mundo con una bolsa o tenis cualquiera? ¿Ir al "gym" con una camiseta deslavada? ¡Ni lo mande Dios! no es lo mismo, aunque sea barato, al gimnasio se va con todo el glamour.

Preciosas figuras humanas, mentes que se preparan para lograr el éxito, éxito que se describe tan sólo como la adquisición de poder económico a cuesta de lo que esto conlleve, incluyendo el deterioro de nuestro entorno, seres humanos que buscan apariencia y conocimiento, empobrecidos emocionalmente, en esencia vacíos porque nadie impulsa una carrera por el desarrollo espiritual, porque se ha relegado y perdido valor.

Trabajar más sobre el contenido y no solo en el continente, darle importancia a los nutrientes del alma, ejercitar los nobles sentimientos, cirugía espiritual que nos reduzca esta obesa frivolidad.

José Vasconcelos creador del lema de la UNAM: " Por mi raza hablará el espíritu" seguramente fue inspirado por la convicción de que vendrían después nuevas tendencias de esencia espiritual que nos guiaría a la verdadera identidad y unificación de nuestra gente, este lema puede hacerse extensivo a toda la raza humana. Casi un siglo ha pasado desde entonces y no ha podido ser nuestro espíritu la voz que nos convoque a un mejor destino.


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