domingo, 22 de diciembre de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Los momentos felices hay que buscarlos, propiciarlos, darles cabida, valorarlos. Los malos momentos llegan solos y es desperdicio de vida ser uno mismo el que los provoque.
          Quien busca la felicidad, la encuentra, porque todos tenemos la posibilidad de crear un ámbito de felicidad, si es que no colocamos demasiadas expectativas en lo que ello significa.
          Vamos detrás de ella, cuando la tenemos a un lado. La anhelamos cuando la estamos viviendo. Es hasta cuando la perdemos que caemos en cuenta que la felicidad estuvo ahí. Estuvimos distraídos en su búsqueda por lugares equivocados, donde solo se encuentran placeres fugaces, banalidad que no alimenta el espíritu, una falsa imagen de lo que la humanidad ha convertido en símbolos que dan felicidad.
          Ser feliz es constatar que poseemos el milagro de la vida, que tenemos salud o podemos lidiar con nuestro padecer; que recibimos amor y tenemos la dicha de prodigarlo.
          Ser feliz es sentir que nace dentro de nosotros un gracias enorme por lo que tenemos, y no un reproche por lo que hemos perdido, o no poseemos. Para entonces poder continuar nuestro camino con fe en que habrá un buen destino, donde siempre haya espacio para la felicidad.
          Para cuando llegue a nuestra vida la  desventura, habremos de tener en los recuerdos de felicidad que hayamos tejido, un manto protector que nos abrigue, y que impida se nos congele el corazón.
          Navidad, una buena oportunidad de hacer nacer en nuestros corazones un bello momento de imperecedera felicidad.

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