Tomado de infobae donde se publicó el
texto original el día 21/12/2019
Cuando ese 24 de diciembre de 1914 la
Compañía A del Primero de Norfolk llegó a la zona de trincheras, en Flandes,
reinaba una extraña quietud. No hicieron más que alistarse, cuando del lado
alemán el canto de villancicos rompió el silencio.
Los aliados entonces vieron, a través
de la niebla que los separaban de las filas enemigas, que los alemanes se
habían esforzado en decorar como pudieron, sus trincheras y habían armado
precarios árboles de Navidad.
Habían recibido -gentileza del Kaiser-
raciones extra de salchichas, pan y licor. Por su parte, a los británicos les
habían repartido pequeñas latas que contenían un paquete de cigarrillos, papel
y lápiz, una tarjeta navideña y un retrato de la Princesa María.
Del lado británico también comenzaron a
cantar, y así llegó la mañana del 25. Recién al mediodía la niebla reinante se
esfumó, y fue cuando desde las trincheras alemanas se escuchó: "Vengan
para acá, no les dispararemos".
Con recelo, unos pocos comenzaron a
salir, y los alemanes hicieron lo mismo. Al principio sólo dos o tres se
animaron y grande fue la sorpresa de los británicos cuando los alemanes,
hablando en inglés, les deseaban una feliz navidad, a la par que estrechaban
sus manos.
Cuando intuyeron que no había peligro,
todos los soldados salieron y repitieron los saludos. Un soldado inglés, A.
Wyatt se asombró que muchos soldados alemanes fueran personas mayores.
"Pueden ser nuestros padres", escribiría a la familia.
Compartieron chocolates y cigarrillos.
Los "tommys" y los "fritz" (cómo se los llamaban a los
ingleses y alemanes, respectivamente) intercambiaron bebidas, cigarrillos,
comida y hasta periódicos. Dicen que los alemanes buscaban pan blanco ya que el
que consumían, el negro, era incomible.
En otro lugar, los británicos escucharon
cómo un alemán cantaba, en perfecto británico, "Annie Laurie", una
vieja canción escocesa. "¡Canta otra!", le pedían.
Aprovecharon a enterrar a sus muertos y
se ayudaron mutuamente en esa triste tarea. Un capellán escocés rezó las honras
fúnebres y hasta llegó a leer el salmo 23 –"El Señor es mi Pastor, nada me
puede faltar…"-en inglés y en alemán.
De pronto, alguien apareció con una
pelota de fútbol y terminaron jugando un partido en la misma tierra en la que
se continuarían matando. Jugaron durante una hora, sin referí y con el suelo
resbaloso por el hielo. No recuerdan el resultado, aseguran que se respetaron
las reglas, que no contaban los goles, pero que por un rato se olvidaron de la
guerra.
Tomado de https://www.infobae.com/historia/2018/12/24/villancicos-futbol-y-chocolates-la-historia-de-la-tregua-de-navidad-entre-ingleses-y-alemanes-durante-la-primera-guerra-mundial/
La escena descrita no fue la única
sino que, con matices, se repitió a lo largo del frente, algunas por horas y
otras duraron hasta el Año Nuevo. En algunos casos, los partidos fueron jugados
entre soldados de la misma nacionalidad y en otros casos no, en puntos como
Ypres, St Yvon, Flandes, Armentiéres, Lille, Vimy, en un frente que
prácticamente se estancaría hasta 1918.
Fue una tregua espontánea, no oficial, condenada por los altos mandos, que terminantemente prohibían confraternizar con el enemigo. Hasta el pedido del propio Papa Benedicto XV del 8 de diciembre de aplicar una tregua en Navidad no había sido tomada en cuenta. Historiadores relataron que los franceses llegaron a penar con el fusilamiento estos actos y que soldados alemanes fueron enviados castigados al frente oriental.
Esta tregua quedó simbolizada a través de un par de esculturas, una en Gran Bretaña , la que eterniza a dos soldados, uno inglés y otro alemán y en el medio, una pelota de fútbol. Se llama "All together now" y es obra de Andy Edwards de Stoke. Y otra fue inaugurada en Bélgica cuando se cumplió el centenario del inicio de la Gran Guerra.
En aquellos días, un soldado alemán escribiría a su familia: "Qué maravilloso y qué extraño al mismo tiempo. Al fin de cuentas, debajo de los uniformes éramos todos iguales".
Fue una tregua espontánea, no oficial, condenada por los altos mandos, que terminantemente prohibían confraternizar con el enemigo. Hasta el pedido del propio Papa Benedicto XV del 8 de diciembre de aplicar una tregua en Navidad no había sido tomada en cuenta. Historiadores relataron que los franceses llegaron a penar con el fusilamiento estos actos y que soldados alemanes fueron enviados castigados al frente oriental.
Esta tregua quedó simbolizada a través de un par de esculturas, una en Gran Bretaña , la que eterniza a dos soldados, uno inglés y otro alemán y en el medio, una pelota de fútbol. Se llama "All together now" y es obra de Andy Edwards de Stoke. Y otra fue inaugurada en Bélgica cuando se cumplió el centenario del inicio de la Gran Guerra.
En aquellos días, un soldado alemán escribiría a su familia: "Qué maravilloso y qué extraño al mismo tiempo. Al fin de cuentas, debajo de los uniformes éramos todos iguales".
el 21/12/2019
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