sábado, 28 de agosto de 2010

POETAS ESPAÑOLES DEL SIGLO XX: DÁMASO ALONSO

POETAS ESPAÑOLES DE LA GENERACIÓN DEL 27 o Generación del 25, según Luis Cernuda, es un grupo de poetas, generalmente admitidos como diez: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.  Participaron juntos en diversas revistas y publicaciones y mantuvieron durante los años que llevan hasta el comienzo de la Guerra Civil española una estrecha amistad entre ellos. A partir del final de la guerra, se puede decir que el grupo se disuelve como tal y la visión poética de cada uno empieza a discurrir por caminos diferentes.

DÁMASO ALONSO (tercero de izq. a der, columna inferior en la fotografía).
Nace en Madrid el 22 de octubre de 1898, y fallece en la misma ciudad en 1990. Estudia Derecho y Filosofía y Letras. En 1945 ingresa en la Real Academia de la Lengua, de la que llegará a ser director a partir del año 1968 hasta 1982, año en el que es nombrado Director Honorario.
Como académico su tarea se centraría en el esfuerzo en organizar encuentros periódicos con las academias americanas con el fin de trabajar en común y evitar la temida fragmentación de la lengua española.

Considerado como el principal crítico de la Generación del 27, en 1977 recibe el Premio Cervantes de Literatura.

Como poeta está a menor nivel que sus compañeros de Generación, comenzó dentro de la poesía pura con "Poemas puros; Poemillas de la ciudad" (1921), pero tras la guerra civil desgarra el panorama literario con sus "Hijos de la ira" (1944), obra fundamental de la posguerra española.
En seguida un ejemplo de su obra poética: La primera da cuenta de su poesía de inicio; la segunda pertenece a la  obra del segundo período:

 
VIDA
Entre mis manos cogí
un puñadito de tierra.
Soplaba el viento terrero.
La tierra volvió a la tierra.

Entre tus manos me tienes,
tierra soy.
El viento orea
tus dedos, largos de siglos.

Y el puñadito de arena
-grano a grano, grano a grano-
el gran viento se lo lleva.

 
TERCERA PALINODIA: DETRÁS DE LO GRIS

Ah, yo quiero vivir
dentro del orden general
de tu mundo.
Necesito vivir entre los hombres.

Veo un árbol: sus brazos ya en angustia
o ya en delicia lánguida
proclaman su verdad:
su alma de árbol se expresa,
irreductiblemente única.

Pero el hombre que pasa junto a mí
el hombre moderno
con sus radios, con sus quinielas, con sus películas sonoras
con sus automóviles de suntuosa hojalata
o con sus tristes vitaminas,
mudo tras su etiqueta que dice «comunismo» o «democracia» dice,
con apagados ojos y un alma de ceniza
¿que es?, ¿quién es?

¿Es una mancha gris, un monstruo gris?

Monstruo gris, gris profundo,
profundamente oculta sus amores, sus odios,
gris en su casa,
gris en su juego,
en su trabajo, gris,
hombre gris, de gris alma.

Yo quiero, necesito,
mirarle allá a la hondura de los ojos, conocerle,
arrancarle su careta de cemento,
buscarle por detrás de sus tristes rutinas.
Por debajo de sus fórmulas de lorito
real (¡Pase usted! ¡Tanto gusto!),
aventarle sus tumbas de ceniza
huracanarle su cloroformo diario.

Un día llegará en que lo gris se rompa,
y tus bandos resuenen arcangélicos,
oh gran Dios.

Dime, Dios mío, que tu amor refulge
detrás de la ceniza.
Dame ojos que penetren tras lo gris
la verdad de las almas,
la hermosa desnudez de tu imagen:
el hombre.

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