domingo, 23 de octubre de 2011

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza. Octubre 23, 2011

LA LECCIÒN DE LA MONARCA
Por esta ocasión mi cita semanal con la cuartilla en blanco, la cual  atiendo religiosamente desde hace treinta y seis años, me sorprende en la ciudad de Saltillo.   La agradable frescura de la mañana ha impactado felizmente a mi persona, con excepción del tracto respiratorio  que decidió  alzarse en protesta.   Amèn de esos pequeños inconvenientes he gozado la compañía de amistades de la adolescencia que al paso de los años, lejos de  extinguirse se afianzan, y constituyen uno de los tesoros màs    grandes para el corazón.
   Una de estas mañanas en pleno centro de la ciudad  apareció frente a mìs ojos  una mariposa Monarca que supongo ha de tener dotes de adivina, pues eligió precisamente el vehículo  dentro del cual me encontraba yo  para venir a hacer sus monerìas del otro lado del parabrisas como diciendo: “Hey, ya vamos rumbo a Michoacàn, escribe algo”.  No acababa yo de gozar de su vista cuando fueron apareciendo otra, y otra màs, para hacer un total de ocho, de muy diversos tamaños, que revolotearon, primero en un sentido y luego en el opuesto, al parecer lideradas por la primera.  Después  de un rato que definitivamente gocè, el conjunto emprendiò su vuelo hasta perderse  tras  una  barda en la acera de enfrente.
   En lo personal    no deja de sorprenderme la maravillosa migración de la Monarca desde tierras de Canadà y parte norte de los Estados Unidos hasta el centro de nuestro país  para la temporada invernal,  y de regreso a principios de abril,  cruzando una  gran parte del continente para lograrlo.  Observo lo frágil de su constitución, y me pregunto como es posible que la grasa depositada  en su abdomen  provea el suficiente aporte calórico para    un vuelo   de aproximadamente  4,000 kilòmetros.   Imagino una mariposa aislada tratando de realizar esta  titánica tarea  lo que  resulta poco menos que imposible, sin embargo ellas nunca viajan de manera individual sino como grupo, lo que definitivamente multiplica  las posibilidades de llegar en buenas condiciones a su destino.  De este modo podemos decir que en la mágica migración de la Monarca influyen dos elementos, el primero es la tenacidad de cada insecto, y lo segundo es la fuerza que   adquiere cada una al emprender el viaje de manera colectiva.
   Ahora vuelvo la vista al grupo humano que constituimos nosotros los mexicanos, y descubro con tristeza que  nuestro sistema educativo tradicionalmente  nos ha preparado para el desempeño individual,  de modo  que no aquilatamos en su justo valor el trabajo colectivo.   Naciones que han despuntado en su economía  durante los últimos cincuenta años –por citar un ejemplo, Japòn-- lo han logrado partiendo  del trabajo colectivo, lo que –en el caso de la  cultura nipona-- aunado a  su gran nacionalismo la ha posicionado como una de las grandes potencias mundiales.
   Hoy es Dìa del Mèdico, por cierto una de las profesiones màs golpeadas por la inseguridad de los últimos años.  Ademàs de los diversos casos de extorsión, secuestro y muerte en contra de  mis compañeros galenos, durante  este último año   en algunas entidades federativas pretende modificarse la legislación para sancionar como delito grave   de orden penal cualquier error que llegue a cometerse durante el desempeño de la pràctica mèdica.   Algo absurdo por sì mismo, y  aùn màs en el concierto de un sistema plagado de errores que se cometen de manera repetida y que jamàs alcanzan otra sanción que no sea la de la condena pública.  Para un ejemplo muy descriptivo tenemos la famosa “Estela de la Luz”, prueba patente de ineptitud profesional, de  turbiedad en las finanzas, y de impunidad total.
   “Errar es humano” menciona el sabio aforismo, y para aquèllos que no lo  sepan, el mèdico es humano, respira, come y duerme como cualquier otro.  Frente al paciente  pondrá toda la voluntad, la atención y el conocimiento, pero  aun  asì no hay garantía de infalibilidad.  La palabra “negligencia mèdica” se ha utilizado de manera tramposa para señalar situaciones que  la mayoría de las veces no tienen nada que ver con la  indolencia, pero que –sabemos—ha llenado los bolsillos de muchos tinterillos de segunda a costillas de la economía de  este  grupo de profesionales.
   La migración de la mariposa Monarca nos deja un buen sabor de boca a  quienes somos afortunados testigos de su viaje.    El vuelo de estos frágiles insectos a través del continente americano manda un claro mensaje: Trabajar de manera aislada reduce las posibilidades de cumplir la meta, a la vez que  aumenta los riesgos,   en tanto que la solidaridad  como elemento clave en el trabajo, refuerza para cada integrante  la seguridad y  el  desempeño.  
   Felicidades compañeros médicos  por su entrega y valentía;  urge ahora enfocarnos en el diseño de mecanismos  que refuercen los lazos de solidaridad para  nuestro gremio.

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