sábado, 12 de noviembre de 2011

CONTRATEXTO: DUROS CONTRASTES, de mi autoría.

En mi país  de vez en cuando hay muertos de primer mundo, a los que se dispensan rancios protocolos y grandes condolencias.  En su funeral se vierten lágrimas finas como diamantes; su memoria se inmortaliza  en mausoleos labrados en bronce y mármol.
 Del otro lado de la calle  todos los días hay muertos que sólo existen en  el grito sin eco de sus madres, en esa  desesperación que las consume. Nadie más los reconoce, son muertos que no alcanzaron ni cuerpo ni  fosa; su  memoria  es polvo que vuelve lodo las lágrimas de  aquéllos que los lloran en silencio.



2 comentarios:

  1. Gracias por tu comentario, Amaury. En lo personal he hallado en el contratexto un modo de expresar mi malestar frente a problemas que nos afectan a todos los ciudadanos, pero que pegan más a las personas que han tenido menor oportunidad de estar informadas, lo que constituye una terrible falta de justicia social.

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