Casinos
Los ciudadanos censuran acremente la tolerancia oficial respecto a los casinos.
Demandan cese y castigo ejemplar de quienes los autorizan.
Pero son ciudadanos los que llenan los salones de juego día y noche.
No son tahúres profesionales, sino amas de casa, matrimonios, jóvenes.
Todos contentos con que los exploten y despojen de sus ahorros.
Sacrifican por el juego familia, patrimonio, valores y hasta su dignidad.
Si hubiera repudio ciudadano a las casas de apuestas, a ver cuál sobrevivía.
Y si cierran todos los casinos, volverán las loterías y los palenques clandestinos.
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