CONTRALUZ Abril 25, 2010
María del Carmen Maqueo Garza
Hoy voy a hablar de una chica universitaria que está por celebrar su cumpleaños número veinte. En su blog me topé con un escrito que quiero compartir con quienes, como yo, pertenecen al gremio de los padres cincuentones que nos angustiamos pensando que éste no es precisamente el mundo que soñábamos para nuestros hijos. Quizás por ello en ratos nos precipitamos, emitimos juicios temerarios respecto a los jóvenes, como queriendo saberlos desvalidos frente a la vida, para justificar con ello mantenerlos a nuestro lado. A veces hasta el grado de no permitirles probarnos su buen juicio.
La chica habla sobre su postura como adulto, como mujer…de lo que lleva andado en la carrera de su propia vida, y lo que tiene pendiente. Exhorta a sus pares a guardar apego a los ideales propios; sugiere que si no los han trazado todavía, lo hagan ya, antes de que la vida les gane la partida. Me permito transcribir parte de su escrito intitulado "Pensamientos de las cuatro de la mañana":
"Desde hace unas semanas en mi cabeza ha rondado mucho mi futuro como persona, individual y como pareja, refiriéndome a mi carrera profesional; mis anhelos; el sexo; el noviazgo; los hijos; el trabajo; una vida completa y satisfactoria. Quiero descifrarme, quiero conocer todo lo que pueda; veo que mis ideas y mis sueños, y mis caprichos, son sólo excusas para terminar de conocerme dándome oportunidades en las que me valdré por mí misma. Debo completar a la persona que quiero ser, para terminar de formar todo el rompecabezas que soy; sé que paso a paso lo completaré para darle forma a algo bueno. En cierta manera ya tengo la idea de los límites que quiero establecer, y me encuentro pensando en que aún es muy temprano para preocuparme por esto (matrimonio; una pareja para toda la vida; entregar lo que soy), es decir ¡apenas cumpliré mis veinte años!"
"… soy joven para denominarme un adulto neto, pero lo suficientemente grande para formar parte de la sociedad, y creo que es uno de los mejores tiempos de la vida. No digo que cada edad no tiene su encanto, pero por ahora lo que me esperaría es, ser responsable de mí; valerme por mí misma; tomar decisiones por cuenta propia…."
"…Porque al menos en mi caso, claro que quiero casarme, claro que quiero tener hijos, pero todo a su tiempo, porque al final, tiempo es lo que sobra; Que se te vienen los años encima, que no existe la edad perfecta para el matrimonio… ahora más que nunca tienes libertad de ir a tu ritmo sin tanta presión social, de que la hay sí, pero por mi parte no siento la necesidad de satisfacer ahora a nadie fuera de mi misma."
Refiriéndose a algunos compañeros suyos: "…Más de una chava de mi edad o menor ya tiene niños, adelante, cada quien maneja su vida como quiere, y tiene ideas diferentes y ambiciones alternativas, pero por ahora, sólo quiero pensar en mí, quiero concentrarme en mis planes y en elegir el mejor transporte que me lleve a completarlos."
…"Es decir, ¿Cómo puedo casarme sin saber exactamente quién soy? ¿Cómo puedo entregarle lo que soy a alguien, cuando ni siquiera sé qué es lo que estoy entregando? Sólo un papel en blanco, bueno, tal vez no en blanco, pero con rayones y borrones, sin título definido; quiero creer que la mayoría de los jóvenes que pasan por mi edad sufren por la misma curiosidad de averiguarse y aun así los veo haciendo planes de un futuro a veces siento, irreal."
"Las personas me sorprenden, me fascina la forma en que trabaja la mente de cada quien, pero a veces me da coraje que se cierren tanto y le resten importancia a conocerse a sí mismos, cuando al final de cuentas con el que saben y están completamente seguros que vivirán por el resto de su vida, con o sin matrimonio; con o sin hijos; es con ellos mismos."
En el espacio virtual de esta chica dejé el siguiente comentario: "Admiro tu valentía para plantarte en la vida y decir <ésta soy yo>, y sostenerte en ello contra viento y marea. Encuentro entre líneas una gran madurez en ti, como persona y como escritora. En ratos como éste eres un faro de luz, iluminando con tu saber desde el sitio donde te has colocado por propia voluntad, como celosa vigilante de un mar noctámbulo, en búsqueda de navegantes que pudieran necesitar tu guía. ¡Eres mi orgullo!". Firma: Tu mamá (la que escribe CONTRALUZ a las seis de la mañana)
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