domingo, 22 de marzo de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Ante Dios todos somos iguales, y lo repetimos tanto que pareciera hacemos nuestro el concepto de que lo somos.

Finalmente no es así, dolorosamente es solo una frase más, que queda en palabras.
En este mundo es solo la antesala para llegar a aquel donde todos seremos vistos con igualdad. Una antesala donde solo algunos gozamos de asiento y de las condiciones adecuadas para tolerar la espera. 

Para una gran mayoría es un tormento, pareciera que nunca los van a llamar, pareciera que son invisibles y que se les pasa por encima, se les maltrata, se les humilla, si mucho reciben un gesto caritativo, solo les quedan las plegarias, se les insta a creer en Dios y a conformarse con lo que en la vida les tocó, aunque no les haya tocado nada.
El hombre se empodera y deja a la fe el bienestar del prójimo, el hombre lucha por riqueza propia y calma las necesidades de los demás con limosnas, luciendo magnánimo, haciendo gala de aquello que les pertenece a todos pero que fastuoso presume como propio y bien logrado. 

Hay tantos invisibles en el mundo que solo a los ojos de Dios han de ser vistos, pero fueron dejados en él a merced de la miseria, de la injusticia, de la ignorancia y no les queda más que esperar en esta antesala donde la desigualdad cala hasta los huesos.  
Dales mi Dios tu mirada a aquellos que nos gobiernan, para no repetir más en falso esa frase de que "todos los seres humanos somos iguales", para hacerla realidad desde este mundo donde todos deberíamos tener los mismos derechos.

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