domingo, 26 de julio de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Cada vez más preocupante en nuestro país el tema de las adicciones, cada vez más temprano el inicio y el número de adictos, y cada vez más diversidad en las drogas que están al alcance de las manos de la gente de cualquier estrato social.


Puede que no alcance el salario para alimentos, que se muera la gente por no tener acceso a la salud en ninguna forma, pero el tabaco, el alcohol y la droga, siempre están en la canasta básica.


Se habla ahora de estrategias en donde participarán incluso la secretaría de Marina. de Defensa Nacional y de Salud. Inversión en tiempo y dinero para un programa que advierta sobre los riesgos del consumo de drogas y de las ventajas de una vida sana.


De nuevo me parece que se está tratando el problema cuidando de no lesionar intereses de las empresas que tienen mucho que ver en su origen. Hablarle a la gente sobre todo esto, que seguramente para muchos es tema conocido, no considero sea la solución. Mientras el alcohol sea el principal promotor de los eventos deportivos -el deporte es ¡salud!- mientras haya en cada esquina un expendio de licor, disfrazado de tienda de autoservicio y con facilidad para que aun los menores de edad puedan acceder a él, mientras los antros se promuevan con las benditas" happy hour" y utilizando los" shots" para alcoholizar a la gente en un tiempo récord,mientras nuestras prácticas aun en fiestas privadas sea la de inundarlas con alcohol y hacer entonces de éste no una bebida para disfrutar sino para embrutecer convirtiendo al alcohol el centro de la reunión, será como ha sido hasta ahora cada vez más abrumadora la cifra de alcohólicos en nuestro país.


¿Quién aspira a un mundo sin drogas, sin alcohol? ¿quién ofrece algo mejor en esta miserable realidad que para muchos solo es desolación, pobreza, hambre, y televisa?...


Para mi de todas las adicciones, la del alcohol es la más perniciosa, porque se fomenta, se publicita, se exhibe. Los jóvenes anhelan los 18 años para poder consumirlo abiertamente, presumir de sus borracheras, pareciera un campeonato de alcoholización cualquier reunión. Los accidentes gracias a ello han incrementado, no hay alcoholímetro que lo haya podido remediar. los divorcios, la deserción en los trabajos, los problemas familiares, han tenido en el uso excesivo del alcohol su detonante. Pero ¿quién pone freno a estas campañas publicitarias que incitan a tomar? ¿quién limita la venta indiscriminada de todo tipo de licor? ¿quién deja de expedir por decenas licencias para la venta del alcohol a diestra y siniestra?...


No se hace prevención, lo clásico en México es dejar las cosas hasta que llegan a un punto en que se desbordan y entonces usar medios paliativos que se anuncian con bombo y platillo y que terminan siendo ineficientes, porque nunca se atacan las verdaderas causas, porque por el contrario se permitieron con conocimiento de causa y resulta de nuevo como el niño que pone el coco y luego le tiene miedo.


Por ahora no hay más que esperar que los soldados nos libren de las adicciones. ¡Eso es tener fe!

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