domingo, 14 de octubre de 2018

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Si de algo no me he arrepentido es de confiar en la gente, y no precisamente porque más de una vez no hayan defraudado mi confianza, sino porque en el balance de mi vida, la confianza me ha permitido autenticidad en mis relaciones interpersonales, sin tener que fingir o tener prejuicios sobre las personas. Cuando alguien siente que te inspira confianza, en mi experiencia, se siente más responsable de ser sincero, honesto contigo. Es mucho más fácil descubrir entonces la personalidad real de las personas, que si uno actuara con reservas, con recelo.
     Confiar es darle pasaporte al otro para entrar en tu vida, allá él si hace buen uso de él, o si finalmente nos hace lamentarnos de ello. Nosotros habremos actuado de buena fe, y quizá con ello le habremos dado una oportunidad que si con nosotros desperdició, le servirá para una futura ocasión.
     Nunca olvidaré a una jovencita que entró a trabajar a mi casa, y a la que descubrí usando unos aretes de mi propiedad, a los pocos días de estar trabajando conmigo. Su inocencia al no esconderse de mí para lucirlos, me hizo saber que no había en ella premeditación, sino solo un impulso de una joven que carecía de todo, pero en quien definitivamente no había malicia. Tan solo le pedí los regresara, solo una vez negó que fueran míos, pero dos días después los puso en su lugar.
     Ese fin de semana se fue a su casa. Regresó el lunes, y yo la recibí sin reclamo alguno. Le dí confianza de permanecer en mi casa, y tuvimos una relación por 4 años, en los cuales solo recibimos de ella agradecimiento, y cariño. Hasta la fecha, aunque ella vive lejos, seguimos en contacto y me siento orgullosa de lo que ha logrado con su esfuerzo.
     Nunca me he arrepentido de dar confianza, creo que la gente por mal que haya correspondido siempre habrá de conservar dentro de ella esa vivencia y quizá un día le agrade tanto a sensación de revivirla, que quiera ser digna de que se repita.
     La confianza me ha permitido descubrir gente valiosa, me ha dejado la tranquilidad de no haberle ni haberme negado la oportunidad de convivir con ellos, de hacerles saber que la confianza es la llave que abre el camino al corazón, y hace al que confía libres de prejuicio, y al que la inspira responsable de responder con la dignidad y la honestidad que se espera de él.

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