domingo, 16 de agosto de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Y así empieza la vida un día cualquiera, uno nace llorando por razones meramente fisiológicas pero no dudo que haya también implicaciones emocionales. Ha de ser tremendo llegar a esta vida sin haberlo tenido previsto. 

Poco a poco fui viendo que no estaba tan mal, tenía gente a mi alrededor que me amaba, a la cual le preocupaba mi bienestar, parecía entonces que esto era lo mejor que me podía haber pasado. Una vez iniciada la vida, no hubo forma de detenerla, el botón de encendido y de apagado eran los únicos que se encontraban en el panel y eran automatizados. 

En ocasiones había querido darle pausa, regresarlo en aquellos momentos tan felices que estaba viviendo, otras veces,  haber tenido el botón que adelantara aquellos otros que no me eran gratos, pero no una vez iniciado el filme de la vida era imposible de detener. 

Mi vida era irrepetible, a veces para bien, a veces para mal. Sigue rodándose mi película, gracias a Dios y a la vida; sigo buscando como mantener la acción sin monotonía, tratando de hacerla más una comedia que una tragedia, con tintes de romanticismo que espero no caigan en la cursilería, sin pretensiones de premio alguno, reconociendo que por si mismo el ser protagonista de mi vida es mi mejor recompensa.

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