domingo, 6 de septiembre de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Hoy es un día significativo en mi vida, un parteaguas en mi historia. En estos meses de confinamiento, por razones involuntarias me retiré de mi actividad profesional. La pandemia vino a adelantar una decisión que tendría que tomar tarde o temprano.
Hoy les informo con nostalgia, sin dolor, que me retiro de mi vida profesional. Ser pediatra para mi ha sido después de mi familia, lo que más he amado, y lo he profesado con amor, con pasión, con compromiso, con una entrega que nunca significó sacrificio, porque me daba más a mi que todo esfuerzo que yo haya podido poner en ella.
Hoy dejo mi consultorio, pero solo materialmente, porque sé que me acompañarán por siempre todas las vivencias que ahí y en los hospitales he vivido. Las risas, los llantos, las travesuras de mis niños, las canciones con que a veces se deleitaban y otras se enfadaban y me hacían callar. La confianza que depositaban en mí ellos y sus padres, sus caras de desconsuelo ante le hijo enfermo, y la maravillosa sensación de poderlas transformar a través del conocimiento médico y a veces tan solo con unas palabras de aliento y la siembra de una esperanza.
Aciertos y desaciertos ha habido, pero siempre puesto el corazón en hacer lo mejor, con ética, con amor, con delimitación de mis capacidades y la búsqueda del auxilio del experto colega que nunca me faltó.
Hoy se cierra para mi un ciclo de vida profesional, y me retiro más con agradecimiento y satisfacción, que con tristeza, que si bien no niego, no ensombrece la gran dicha que me causa el haber dedicado gran parte de mi vida a ser pediatra.
Gracias a toda la gente que alguna vez pasó por mi consultorio, a mis niños, muchos de ellos ahora adultos, a los que vi llegar a este mundo y tuve la dicha de ser la primera mujer que los tuvo en sus brazos. No hay palabras para describir todo lo que he recibido en Obregón de su gente, no hay un gracias que abarque todo lo que llevo en mi alma y en mis recuerdos.
Siempre renegué por mi nombre, era largo y complicado, Dra Eréndira Guadalupe Ramírez López, pero aquí me encantó terminar siendo "La Ere", hasta mis irreverentes pacientitos me llamaban así, me encantaba oír que dijeran, "llévame con la Ere".
Dejo mi consultorio, me llevo un cofre maravillosos de joyas sentimentales, que me acompañarán hasta donde la vida y la memoria me lo permitan.
LOS QUIERO MUCHO.
" LA ERE"

1 comentario:

  1. Doctora sin duda tomar la decisión, na fué fácil, pero tarde que temprano cada quien llegará a ese destino, usted tuvo la dicha de decidirlo. Bendiciones.

    ResponderBorrar