domingo, 14 de marzo de 2021

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


El tiempo transcurre a velocidad inversamente proporcional a mis requerimientos.
Ahora, cuando quisiera prolongar más cada día, porque ya veo que he consumido buena parte de ellos y no sé si me alcancen los que falten para satisfacer toditititas las ganas que tengo de vivirlos, ahora precisamente es cuando el tiempo hace de las horas segundos, y en un abrir y cerrar de ojos me llega el viernes que antes parecía tan distante de mis aciagos lunes. 

Creo que hasta hoy le encuentro el gusto a los primeros días de la semana y los agradezco y disfruto cual si fueran sábado. Me llegan los fines de semana, y es ahora cuando la palabra fin, me ha empezado a sonar como nota desafinada en armonía. 

Recuerdo haberme brincado capítulos de libros para ver el fin, haber sufrido los días de la semana, anhelando el fin, ahora no. Le doy a cada momento y a cada cosa su tiempo y quisiera prolongarlo. 

Justo ahora que mi paso es más lento, el tiempo ha acelerado su marcha y me parece inalcanzable. ¿No me alcanza el tiempo? ¿o es acaso que soy yo la que no logro alcanzarlo?  Como no hay carrera que se le gane al tiempo, decido llevar mi ritmo acompasado por la música de la poesía, del canto, del amor de mi gente y de la belleza que brinda la naturaleza gratuitamente. Sin prisas de que llegue ni el más anhelado momento, disfrutando los intervalos a sabiendas que todo llega, aun cuando quisiéramos retrasarlo y que el destino no se adelanta a voluntad, aun cuando a veces creamos que hemos sido capaces de hacerlo. 

Ahora, cocino mis días a fuego lento, y con las notas hago de corcheas, redondas, para prolongar el placer de disfrutar mi canto.

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