domingo, 1 de mayo de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Los niños, seres pequeños en estatura, enormes en sensibilidad, en autenticidad, en energía, que contagian con tan solo contemplar su constante movimiento, su risa.

Ternura pura que acaricia el alma con balbuceos o palabras incompletas, caricia de manos pequeñas que nunca volverá a ser más auténtica que cuando se es niño.

Infancia, esa edad en la que tenemos derecho a hacer berrinches a las travesuras, a ser impacientes e imprudentes, sin que nada de ello llegue a ser imperdonable.

Magia en la mirada, en esa actitud vivaz, de quien inicia una vida con ansias de vivirla tan intensamente, que el día no alcanza para gastar tanta energía.

Pequeños gigantes amorosos, que nos marcan el ritmo de la vida, que no permiten ocio, ni aburrimiento, fuente de inspiración, de esperanza. Ternura y travesura; caricia y berrinche; ingenuidad, bullicio, desorden.

La paz inigualable del sueño de un niño, todo contenido en unos cuantos centímetros de ser humano que rebasan en ocasiones nuestra capacidad de entenderlos. Que nos generan el amor más puro y noble que somos capaces de sentir los adultos.

Qué dicha saber que fuimos niños, agradecer el amor de quienes tuvieron a bien ofrecérnoslo. Ser ahora proveedores de ese afecto, comprensión , paciencia, respeto para todos aquellos niños que de una u otra forma llegan a ser parte de nuestras vidas.

Que tengamos la dicha de trascender en el corazón y la mente de un niño, como grato recuerdo que sea preservado a través del tiempo. Que dejemos en ellos huella de amor que les haga evocar su infancia como la mejor época vivida.

¡Feliz día mis adorados niños! Han sido y serán parte esencial de mi vida.

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