domingo, 1 de enero de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez



Definitivamente nadie te hace sentir mal, está en cada quien la importancia que le dé o el como afecte lo que las personas hagan o dejen de hacer. Esperar demasiado, o a en la medida que tú das a cada cosa, hace que la gente con frecuencia quede por debajo de las expectativas y con ello resultes lastimada.

Tenemos además cada quien una escala sentimental tan diferente, que no es posible estandarizar, y en la medida que logra uno entender  que hay que aceptar y agradecer lo que cada quien nos quiera dar de su tiempo, de su amistad, de su afecto, sin que le fijemos cuotas según nuestra necesidad, o de acuerdo a lo que nosotros estaríamos dispuestos a dar, en esa medida podremos lograr reducir esos conflictos internos que nos carcomen el alma, que nos hacen sentir menospreciados o defraudados, de acuerdo a esa escala que nosotros hacemos de las actitudes de los demás.

¿Qué es lo justo o lo injusto? Depende del juicio que tengamos sobre nuestras propias acciones y de como nos consideramos ante los demás. A veces sentimos que merecemos demasiado con respecto a aquello que recibimos, que nosotros sí somos capaces de hacer hasta lo imposible para agradar a alguien, y que a cambio obtenemos tan poco, nos sentimos miserables.

La vida me ha enseñado que los reclamos solo generan fricciones. A nadie le gusta sentir que se le señala como injusto y que la mayoría de las veces el reclamo, como si fuera un boomerang, se nos devuelve, resultando entonces doblemente lastimados.

También he aprendido con el tiempo que he jugado en ambas posiciones. Así, he sido a veces la causante del dolor de otros que seguramente esperaban más de mí, a los cuales, lo digo sinceramente, ha sido de forma involuntaria que no he sabido corresponder, y si puedo perdonarme y justificarme por ello, debo ser capaz de hacerlo con aquellos que a mi parecer han sido ingratos, no han sabido valorarme, o no son capaces de compartir mis pasiones o mis aflicciones

Humanos somos y en el camino andamos, Dar sin esperar recibir, es una buena frase, pero poco aplicable. Todos esperamos algo de alguien, en ello estriba buena parte de nuestra felicidad, en los afectos que los demás nos proveen. Agradecer lo que de cada quien obtengamos, según su capacidad y su sensibilidad, no de acuerdo a nuestras expectativas o deseos. No esperar nada a cambio quizá no suene tan real, pero tampoco esperar demasiado. Quizá la vida te haya dado más de lo que merecías y por ello a veces algo te tiene que negar.

Tener mejor memoria al recibir que al dar, es quizá una buena fórmula para vivir en paz.

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