domingo, 19 de marzo de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

 POR EL DÍA DE LA MUJER

Hoy se festeja el día de la mujer, más de un siglo en que se decide dedicar un día para proclamar los derechos de la mujer y festejar su lucha por la equidad de género. Ser mujer es algo que no elegimos, finalmente es solo un evento biológico en el que nada intervino nuestra voluntad, pero estoy segura que muchas mujeres como yo, somos felices de ese encuentro XX que nos definió el sexo y nos permitió llegar al mundo siendo mujeres. 

Hoy es día de festejarlo, de seguir luchando por dignificar el papel de la mujer, por seguir reconociendo no solo a aquéllas que ocupan altos puestos en la política, o que destacan profesionalmente, a las que han demostrado más de una vez que como género tenemos todas las cualidades para competir con el hombre e incluso en muchas ocasiones superarlo. 

Festejo a toda mujer que ha convertido su vida en misión de humanismo y no tan solo de feminismo egoísta y ególatra. Mujer cuya lucha no es contra el hombre, sino al lado de él, cuya competitividad es con ella misma, y que busca logros que redunden en beneficio no tan solo personal, sino social. A esa mujer que renuncia a su desarrollo profesional porque concibe prioridad la crianza de los hijos y desde su hogar es ejemplo de tenacidad, de fortaleza. 

Festejo así a mi madre y a mujeres que como ella hacen de su hogar y su familia su misión, no por sumisión, sino por convicción y dejan pretensiones personales en aras de cumplir tareas que pocos reconocerán como extraordinarias. 

Festejo a la mujer que asume la maternidad sin alardes de sacrificio al realizarlo, que comprende su labor y busca en el ejemplo su mejor forma de educar, sobre todo a aquellas que no comparten con otro estos afanes y vencen obstáculos y miedos para realizar la noble tarea de ser madres. Por mujeres que sin escudarse en atributos físicos ocupan ahora espacios antes inalcanzables y que nos dignifican como género, que no busque emular al hombre en sus defectos, capaz de reconocer los propios y no renunciar a su maravillosa condición de ser mujer. Que anhele ser compañera y no rival, que reconozca los límites que le impone el género como la frontera necesaria para conservar la diferencias sin que por ello tenga que renunciar a defender sus derechos. Que no pierda de vista que hombre y mujer somos complemento, que merece respeto, que respeta a los demás y sobre todo se respeta a si misma.
¡Feliz vida a toda mujer!

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