domingo, 14 de mayo de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

 Y se llega el día en que nos damos cuenta, que no tenía sentido mantener alejados a quienes una vez quisimos; que tuvimos tanto tiempo para dirimir malentendidos; que pudimos haber buscado conciliar las diferencias y reencontrarnos con aquellos que han tenido significado especial en nuestras vidas, con las que mantuvimos una estrecha relación plena de cariño y que un día, sin que mediara en ello un motivo realmente suficiente para hacerlo, nos alejamos de ellas, desterrándolas de nuestras vidas sin darles ni darnos la oportunidad de recuperar un cariño que queda flotando en ese limbo emocional , inaccesible para hacerlo consciente y necesario.

Ya no nos son necesarios, incluso podemos sentir hasta que estorbaban. Buscamos motivos para enfatizar el menosprecio a su cercanía, respiramos hondo, nos decimos una y otra vez que es lo correcto aunque muchas veces nos asalta la duda de que estemos en un error del que nos podamos un día arrepentir.
Y se llega ese día, a veces en forma tan dolorosa o tardía, en que ya no vale de nada el arrepentimiento, el reproche, las lágrimas; en que la vida parece encararnos y hacernos ver cuantas veces nos dio la oportunidad de recuperar afectos, de dejar a un lado el orgullo, entendiendo en que en la interacción humana, hay acción y percepción, que no todo lo que atribuimos como daños infligidos por otros es tal. Tener la sensibilidad e intuición para reconocer el valor de las personas, la humildad para reconocer nuestros errores y evitar marginarlas a la ligera.

Si la separación de aquellos nos dio paz, es seguro entonces que nada habrá que después lamentar.

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