domingo, 7 de abril de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Hay ocasiones en que las cosas dan un viraje inesperado, de una situación que inicia siendo algo placentero, que realizas con ánimo de agradar, de ofrecer una muestra de afecto, termina en un desencuentro en el que salen lastimadas las personas involucradas.

Definitivamente, la comunicación humana tiene tantas variables que la pueden afectar, que en el transcurso de una plática se puede tergiversar el propósito de la palabra, y si esto se realiza a través de mensajes, sin poder recurrir a la expresión gestual, al tono de voz, a la posibilidad de tener fluidez en la conversación, hace todavía más factible el que termine habiendo malentendidos.

Si resulta difícil hacernos entender en una comunicación presencial, mucho más lo es a través de mensajes, sobre todo cuando ni siquiera estamos totalmente atentos a ello, si no que uno y otro participantes muy probablemente están dirigiendo la atención en forma alternativa hacia otra cosa.

Cuesta trabajo comprender, cómo resultó de un propósito de buena voluntad, un enfrentamiento en el que no se logra encontrar conciliar los sentimientos y por el contrario, se termina sintiendo una tristeza por no haber sabido manifestar correctamente las emociones, por obtener resultados totalmente opuestos a lo planeado, que revestía un carácter de amor, de fraternidad.

Así, sin más, relaciones afectivas se dañan, sin que haya siquiera una causa que lo justifique.

Aprender a ser prudentes, a guardar silencio, a no insistir en llegar a obtener una respuesta, donde nuestro cuestionamiento no está siendo comprendido, a percibir cuando la comunicación está perdiendo el sentido que intentábamos darle y no llegar a un desenlace que solo deja tristeza y desconcierto.

A mi edad, no sé si este aprendizaje sea posible, he sido etiquetada como "intensa", cualidad o defecto según el contexto en que lo sea, pero definitivamente siempre intensa de buena intención, aunque a veces los resultados sean inesperados y contrarios totalmente a mi propósito,

Esto finalmente, resulta ser una confesión, la penitencia nadie se afane en señalarla, en el pecado, llevo la penitencia.

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