domingo, 21 de abril de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Cuando uno llega a "cierta edad" mal que bien ya ha dejado huella. Uno ya es quien es con aciertos y errores, virtudes y defectos ya dio muestras claras de tener algunas habilidades o de carecer de otras. Así que espera que si algo sembró, algo debe cosechar. Ya no se es tan susceptible de cambio, los rasgos de carácter que no agradan tienen más posibilidades de hacerse más ostensibles que de atenuarse, no solo la piel se arruga.

Cuando uno hace el balance de su vida y le resulta con saldo a favor, cuando ve que no ha sido estéril su paso por este mundo, cuando puede voltear al pasado y verlo cara a cara sin vergüenza y sentir que su presente fue construido con honestidad, con trabajo, con coherencia en el ser y el hacer y con dignidad, tiene todo el derecho a pedir no ser juzgado ni ofendido por aquellos que recién inician a vivir, por aquellos que no han dado aún testimonio de lo que son o pueden ser.

Uno a "cierta edad" ha sido más que juzgado por la vida misma y solo puede pedir respeto de aquellos que apenas están dando sus primeros pasos en el intrincado camino que es la vida.

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