domingo, 15 de septiembre de 2024

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Sentir, toda nuestra vida depende de todo aquello que experimentamos al percibir a través de nuestros sentidos el mundo exterior y nuestro interior. Sensaciones físicas que nos comunican con nuestro entorno, exterocepción, interocepción que nos permite reconocer e interpretar lo que está ocurriendo en nuestros órganos internos, corazón, intestino, vejiga. Siempre mantenemos este verbo en acción, nadie en forma alguna puede señalarse como insensible, porque sentir es inherente a estar vivo.

Sentir nos lleva a reaccionar de distintas formas ante los sucesos cotidianos, a través de emociones que brotan autónomas e impredecibles, a veces a nuestro favor, otras en nuestra contra, que pueden o no convertirse en sentimientos pasando de ser fugaces a permanentes.

La diferencia en nuestra actitud ante la vida es la capacidad de hacer o no permanentes las emociones. Habituarse a mantener en nosotros una emoción negativa, es perjudicial. Desafortunadamente es tan frecuente, que llega en la actualidad a considerarse una epidemia; la ansiedad se ha convertido en tema recurrrente dentro de los padecimientos emocionales actuales. dejando a un lado el propósito positivo que pudiera haber tenido sentir ansiedad en alguna ocasión, para permitirnos huir ante una situación de peligro.

Ansiedad, tristeza, miedo, son emociones que dejando a permanencia se convierten en sentimientos dañinos que a través de pensamientos persistentes nos taladran el alma, restando espacio a los sentimientos positivos que son la fuerza que nos lleva a encontrarle valor a nuestra existencia.
Imposible no sentir dolor física y emocionalmente, vivir implica pasar por episodios de tristeza, de sufrimiento, de dolor, pero también nos brinda la posibilidad de sobrellevarlo, sublimarlo y de aliviarlo.
Analgesia emocional si que la hay, tan solo es evitar autoinfligirnos dolor, patrón conductual común que no solo nos daña, nos enferma.

El mejor analgésico sin duda es el amor, el amor de pareja, el amor fraterno de nuestra familia, de amigos. Quizá el amor que especialmente hoy me cura de mis males, es el que me llega a través de la tierna voz de mis nietos, a veces en el momento en el que más lo necesito. Pido perdón por terminar hoy esta disertación sobre el sentir, con mi experiencia personal. Gracias a mi nieto por derretir el iceberg que me oprimía el corazón, con esa frase tierna, espontánea, de un cariño que indudablemente es auténtico:"Quisiera volar para ir a darle un beso a mi TATI".

Qué maravilla es sentir, convertir la emoción en sentimiento, y saber que amamos y somos amados.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario