Soy un viajero de lo invisible, un lector del viento y de las nubes que cruzan el cielo como versos escritos en secreto. Mi nombre es JC Dovala, pero en realidad soy más bien un eco, un puente entre lo que se siente y lo que apenas se alcanza a nombrar.
La vida no se mide en años, sino en momentos. En las miradas que nos encienden, en las manos que nos sostienen, en las palabras que dejan huella.
Cada amanecer es un regalo, cada encuentro una oportunidad, cada respiración un milagro. No esperemos al mañana para agradecer lo que hoy nos hace ser.
Honremos el tiempo, abracemos la sencillez, compartamos la bondad.
Porque al final, lo único eterno es el amor que supimos dar.
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