domingo, 7 de diciembre de 2025

CARTAS A MÍ MISMO por Carlos Sosa

Respirar el instante

A veces creemos que la salud depende solo de medicamentos y diagnósticos. Pero hay una medicina más profunda, silenciosa y gratuita, que se llama presencia.
Respirar el instante puede ser tan sanador como cualquier fármaco.

La medicina nos ha enseñado a auscultar el corazón, a medir la presión, a reconocer el ritmo invisible de una célula que se divide. Pero lo que rara vez nos enseña es a escuchar la vida mientras sucede.
El mindfulness —esa atención plena que no juzga ni huye— es justamente eso: la ciencia de habitar el instante con la misma precisión con que se toma un pulso, con la misma devoción con que se observa un amanecer después de una noche de guardia.

En el cuerpo humano, cada respiración es un milagro inadvertido. Acontece más de veinte mil veces al día, y sin embargo casi nunca la sentimos. Caminamos anestesiados por la prisa, como si el presente fuera un obstáculo y no el único lugar donde la vida realmente ocurre.
Practicar atención plena es volver a sentir el aire entrando y saliendo como olas, la sangre impulsándose en su cauce silencioso, el corazón que no pide permiso para seguir latiendo.

La ciencia lo confirma: cuando habitamos el ahora, el sistema nervioso se serena, el cortisol desciende, el corazón encuentra su ritmo y las sinapsis se reorganizan. Pero hay cosas que la ciencia no puede medir: como la paz que nace cuando uno deja de huir del instante. Incluso en medio del caos de una emergencia, basta inhalar y exhalar sabiendo que ese segundo es suficiente.

El mindfulness no es una moda ni un eslogan; es un acto clínico de humanidad. Es recetar silencio en una época que grita, indicar presencia en un mundo que prescribe distracción. Es la más profunda medicina preventiva: aquella que evita que la vida se nos escape mientras intentamos alcanzarla.

Y en esa pausa —tan breve como una respiración— comprendemos que la salud no siempre es ausencia de enfermedad. A veces, simplemente, es estar despiertos mientras respiramos...

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