domingo, 10 de febrero de 2013

LAS DISCULPAS: ¿SE PIDEN O SE OFRECEN? por María del Carmen Maqueo


No es fácil ejercer la autocrítica.
   Antes de reconocer y aceptar que estamos  en un error, interpondremos una y mil razones para negar o justificar nuestro proceder.
   Uno de mis grandes defectos es ser exageradamente puntillosa con la palabra.
   Siento como si el orden dentro del enunciado tuviera la capacidad para  alterar el orden del universo.
   Lo más grave, no me siento capaz de cambiar mi modo de ver las cosas.
   Esta semana dos hechos por demás bochornosos viajaron por todos los medios de comunicación. 
   Un incidente  lamentable fue el desatinado comentario de Luis Walton  alcalde de Acapulco, al minimizar el caso de la violación de seis españolas: “Ocurre en todo el mundo”.
   El otro, en el campo deportivo, se refiere a la señal obscena que realizó Francisco  “Maza” Rodríguez al término del partido entre México y Jamaica, y que la televisión ha reproducido hasta el cansancio.
   Curioso, cuando salió a la luz pública lo que uno y otro habían hecho, en el primer caso el alcalde pasó del despotismo al llanto.  En el segundo  Maza   no tuvo lo suficiente para sostener su error, y mencionó que había sido algo causado por una lesión en el tercer dedo de su mano derecha.
   En una segunda  instancia ambos reconocieron su lamentable error, y aquí viene lo interesante, durante sus declaraciones públicas uno y otro “OFRECIERON” disculpas.
   Yo, que siempre ando viendo el origen y la intención detrás de las palabras, me cuestioné: ¿Tan en desuso están las disculpas que hemos olvidado si se piden o se dan?
   Yo PIDO disculpas cuando reconozco que me equivoqué.
   Las  OFREZCO cuando yo soy el ofendido y alguien me las pide.
   ¿Será un embrollo lingüístico, o será una cuestión freudiana, y están poniendo cara de arrepentidos cuando en  el fondo no sienten la necesidad de pedir perdón a nadie?...
   Dejo la  pregunta al vuelo.  Por lo pronto sírvame para justificar por esta vez mi actitud quisquillosa frente a la palabra.

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