¿Hasta dónde...?
¿Hasta dónde me meto en la vida de mis hijos...?
Difícil marcar el límite preciso de hasta que punto es conveniente participar en la vida de nuestros hijos.
A qué edad ir dejándolos desprenderse de nuestra tutela y hacerlos independientes.
Hasta dónde acompañarlos sin resultar una intrusa, sin impedir que crezcan y alcancen plenitud en su madurez, que tomen sus decisiones, que se equivoquen y aprendan a remediar sus errores.
¿Qué tanto debemos intervenir en sus relaciones interpersonales, noviazgo, amistades del mismo o del sexo contrario...?
¿Qué tanto debemos saber de ellas o pretender averiguar...?
En ocasiones las madres se convierten en "amigas de sus hijas", queriendo ser parte de sus reuniones, no solo como observadoras distantes y ocasionales, sino como una amiga más.
En los noviazgos de sus hijos, quieren dirigir, o darle a la pareja tal confianza que llegan a perder de vista que son adultas y que no pueden llevarse al tú por tú con la pareja del hijo(a), equivocan las formas en la búsqueda de cercanía para controlar mejor la relación, cuando su labor principal es establecer límites y respeto.
Hasta dónde y hasta cuándo tenemos posibilidad de influir, de dirigir, de establecer límites, son preguntas difíciles de responder, y la mejor respuesta, creo yo, la viene dando el sentido común. Padres responsables implica hacernos cargo de ellos al mismo tiempo que los preparamos para ser independientes de nosotros.
Reconocernos como padres, no como amigos; vivir nuestro tiempo y en nuestro lugar, y no como uno más de nuestros hijos... No hay un manual que indique como hacerlo.
Padres que acompañan, padres que educan, que saben hacerlo con consecuencias congruentes a la desobediencia, con establecimiento de límites y formación de valores, con responsabilidad de una empresa que implica el gran reto de formar individuos que puedan a su vez como un reto mayor, vivir su propia vida.
Hablando de sentido: Que la vida de nuestros hijos tenga sentido, que nosotros como padres tengamos sentido común y le pongamos a la vida de nuestros hijos y a la propia siempre un poco de sentido del humor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario