domingo, 26 de octubre de 2014

CONTRALUZ por María del Carmen Maqueo Garza

RETOS DE CONVIVENCIA
En el marco del Festival Internacional de las Artes Julio Torri Coahuila 2014, la Dra. Lucina Jiménez, antropóloga social de la ciudad de México, ha venido impartiendo una interesante conferencia intitulada “Migración y diversidad cultural, retos de convivencia en la frontera”, mediante la cual hace el siguiente planteamiento: La violencia en zonas fronterizas es resultado de discriminación e intolerancia  entre humanos, y esta a su vez deriva de lo que ella denomina “etnocentricidad”.  Esto es, cada individuo parte de su propio origen étnico para cohesionarse con los  de similar origen, y rechazar o atacar a los de distinto origen.
A través de este mecanismo se explican fenómenos migratorios vigentes en las fronteras norte y sur de nuestro país.  Empero, los conceptos manejados por la Dra. Jiménez no son exclusivos de las fronteras, sino que se aplican a los distintos grupos humanos para entender el origen de fenómenos como la violencia extrema.  Quien haya  leído en los últimos dos días los desgarradores  testimonios de los presuntos asesinos de algunos estudiantes de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, coincidirá conmigo en que son de una crudeza que no logra entenderse de manera alguna, y que ha rebasado la imaginación del narrador  más macabro.
Como resultado de la Globalización el concepto de frontera ha cambiado en los últimos años al grado de desaparecer, al menos en lo relativo a cultura e identidad.  Nos explicaba la expositora que a  través de la historia las fronteras norte y sur de México han sido  móviles y cambiantes, citando como ejemplo los territorios que pasaron a formar parte de la Unión Americana, o bien el caso de Chiapas y Quintana Roo en el extremo sur del país.  En todos estos casos la existencia de una línea fronteriza,  lejos de establecer diferencias apela  a la búsqueda de una identidad común.
Partiendo de este punto, la Dra. Jiménez  nos fue llevando a entender cómo las raíces de problemas de violencia que se han venido presentando en las distintas zonas fronterizas alrededor del mundo, obedecen a un origen multifactorial  de orden étnico, económico, cultural y social, además de elementos esporádicos, como es el caso actual  de Melilla, ciudad española situada en la frontera con África del Norte, que entra en una crisis aún mayor  ante el temor del ébola.
Los conceptos dados por la Dra. Jiménez se aplican a todos los aspectos del quehacer humano,  donde surge discriminación, violencia y guerra.  Elementos como el origen social, que genera a un tiempo la cohesión de  grupos que comparten un mismo origen, y el rechazo o ataque a individuos de otro distinto.  Lo que debería ser un crecimiento a través de la diversidad, con el enriquecimiento de unos y otros, se convierte en pugna entre dos grupos, cada uno de los cuales busca imponer las ideas propias menospreciando las del grupo contrario.
En la medida en que se tenga la capacidad suficiente para reconocer que cada grupo humano tiene sus propios valores, los cuales merecen respeto, se generará un estado de derecho, con enriquecimiento para todos.  El desarrollo de la cultura es una construcción incluyente, y no una definición excluyente; genera memorias y produce identidad, y a mayor número de elementos propios de dicha cultura,  mayores la identidad, el sentido de pertenencia y el propósito de actuar a favor de una ética que a todos favorezca.
Los problemas socioeconómicos y de inseguridad que ha sufrido el país nos provocan miedo, y este miedo genera parálisis.   El temor nos inmoviliza al grado que  dejamos escapar los sueños.  Esa cultura de la paz  a la que convoca Benito Juárez parece un ave asustada  a punto de huir.
La Dra. Jiménez es directora de ConArte - Consorcio Internacional Arte y Escuela, fundado en la ciudad de México, cuyo propósito es precisamente, a través del arte y la cultura, integrar grupos humanos que trabajen por la integración de una bioética que funcione en todos los sentidos: A favor del planeta, del respeto a la vida, y  la dignidad de las personas, independientemente de su origen étnico, su condición social o sus capacidades.
Los grandes males de nuestros tiempos tienen que ver con nuestros propios miedos, que nos llevan a encerrarnos, a rechazar, a mostrarnos intolerantes frente a lo desconocido.  Optamos por marginar y atacar, antes de abrirnos, entender y enriquecernos.  La Dra. Jiménez hizo un llamado a todos los asistentes para  realizar un diagnóstico del corazón de nuestras sociedades, de suerte de entender esos mecanismos íntimos que desencadenan los grandes conflictos sociales.

Plática que llama a actuar: Por fortuna fue atendida por muchas mentes jóvenes, esos motores del cambio que finalmente echarán a andar de nueva cuenta a México.

2 comentarios:

  1. Ojala y me equivoqué:puede venir una campaña mediatica del estado para intimidar a los activistas y perpetuar con metodos intimidatorios, acciones de cambio. Si eso fuera, yo continuare ACTIVO y hocicón. Atte. Enrique Sicardi

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