domingo, 9 de noviembre de 2014

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Los niños de hoy, son diferentes, la niñez se ha transformado.
Ya no corren niños en la calle, ya no se oye el bullicio vespertino que mataba el silencio de los barrios, donde se compartían juegos, se convivía y al meterse el sol, casi al unísono, se escuchaba el grito de las madres que daba por terminado el juego, hora de cenar y de ir a la cama. 
Uno era tan libre, podía ir por el pan, por las tortillas caminando. Desde pequeño se nos imponían estas tareas, nadie esperaba nos pasara nada. 
Ir a la escuela a pie, sin tener forma de saber si llegábamos, o si algo nos ocurría, pateando la mochila cuando ya la espalda se cansaba, mi hermana por cierto odiaba esa costumbre mía, y solícita decidía cargar con la suya y con la mía. 
Solo cuando era mucha la tardanza encontrábamos a mi madre angustiada, fuera de ello, se vivía tranquilo, las cosas malas, violentas, pocas veces ocurrían, no se estaban esperando, no éramos presas del miedo, alguna explicación intrascendente había para nuestro retardo en la llegada. 
Nos escandalizaba un asesinato, la palabra sicario creo que nunca la escuché, había que ser asiduos a la revista " Alarma" para dar cuenta de sanguinarios hechos, revista que por supuesto en casa nunca había. 
Me quejé tantas veces de ir por las tortillas, y ahora pienso que feliz sería de saber que los niños de hoy pudieran salir a la calle, renegando, no importa, pero libres y seguros. 
Ya nadie confía en sus calles, ya nadie vive tranquilo. 
La paz que se respiraba es tóxica violencia que nos ahoga, la impunidad, la corrupción, palabras y hechos que están de moda. 
Así es, nuestros niños ya no ríen como antes, han aprendido a desconfiar, a convivir con las noticias trágicas, a tener celdas en sus propias casas y a saber que la maldad acecha libremente sin que nadie le ponga freno, ni la condene. 
Estos niños de hoy son diferentes, diferentes serán cuando a adultos lleguen.
¿Como será este México para entonces? Nosotros, obviamente, no hemos sido capaces de darles ese clima de paz que un día tuvimos... 
y eso taladra la conciencia, lastima el corazón..

No hay comentarios.:

Publicar un comentario