domingo, 4 de enero de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

¿Cuantas veces vivimos sin detenernos a pensar que es realmente lo que nos está haciendo falta?

Es tan común ver a personas que manejan cambios de carácter, irritabilidad, agresividad injustificada, gente que se instala en su zona de confort y se quiere convencer a si misma que ahí está bien, de que no necesita más.


Gente que tiene tanto potencial y pocas ganas de explotarlo y que diera la impresión de que son conformistas, sin embargo dentro de ellos está la lucha entre el querer y el decidir hacer, en su interior hay un impedimento que surge en algún momento de su vida, una insatisfacción de necesidades básicas afectivas que son parciales pero permanentes y que van haciendo un hueco emocional que impide avanzar, que frena la voluntad y cuya carencia ha sido inadvertida o menospreciada por la persona que la padece.

Gente valiosa que da falsas impresiones, porque ni ellos mismo logran tener un espejo donde se refleje su realidad.

Así en la vida se pasan muchos años o a veces la vida misma en reconocerse a ellos mismos y las luchas internas que reflejan actitudes para los que les rodean, injustificadas, anormales, terminan siendo desgastantes y estériles.

Ojalá siempre todos fuéramos capaces de reconocer nuestras carencias y cómo satisfacerlas.

Equilibrio entre mente y corazón, entre espíritu y razón son quizá la clave que nos lleve a lograr estabilidad emocional.

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