domingo, 25 de enero de 2015

COSAS NUESTRAS por Jorge Villegas

Revoltijo
Si lee usted mensajes en las redes sociales ya habrá comprobado que la primera víctima es el idioma.
Puede leer indistintamente coser y cosido que cocer y cocido, y la palabra qué se sustituye por una k y una e.
En los medios igual se atropella el idioma sin siquiera admitir que se cometen equívocos.  Son así porque así lo dicen ellos.
Ya le comentábamos de esa frase equívoca que habla de la refrescancia del sabor. ¿No querrán decir la frescura del sabor?
En los noticieros de una televisora juran que lo que pasa por las calles es el tráfico y no el tránsito.
A un redactor que jura que es lo mismo un vocablo que el otro le explicamos la diferencia entre uno y otro, y que no son sinónimos.
Tráfico es el manejo de bienes y personas, como el tráfico de drogas o el tráfico de influencias.
Tráfico no queda para hablar de lo que circula por las calles.  Por eso no decimos "iba yo traficando por Constitución", sino transitando.
Y añada las descomposiciones intencionales como las populares pero absurdas frases como las del Chavo del Ocho: "Fue sin querer queriendo, se me chispotió".
Desgastando las palabras se llega al extremo de reducir el vocabulario acreditado por la Academia, y nos entendemos con palabras tan ambiguas como el "oye wey".
jvillega@rocketmail.com

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