domingo, 1 de marzo de 2015

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Gran furor ha causado la película de las Cincuenta sombras de Grey, lo mismo que hizo el libro que atrapó, sobre todo, a mucho público femenino.

En las redes se leían cientos de comentarios de mujeres que pasaban la noche en vela consumiendo el libro, deseosas de continuarlo, haciendo creer que la historia debía ser apasionante.

No lo leí, tampoco he ido al cine, con escuchar la temática me pareció poco atractiva la idea de hacerlo. Nunca me ha gustado compartir películas con contenido erótico o sexual con un público al que en primer lugar ni conozco, me intimida, me aterra saber que puede estar pasando por sus mentes mientras las ven. Considero que esto es muy íntimo y que va de por medio, educación, principios, criterios, edad, para poder juzgar una película, así que en lo personal si elijo una película así porque considere que además de estos contenidos tengo algo sustancioso, valioso en ella, prefiero hacerlo en mi casa.

No me asustan estos temas, son parte de nuestra naturaleza, lo que sí me preocupa es que nos vendan productos nocivos para la salud y que en masa los compremos y hasta ayudemos a promoverlos cuando encierran instintos tan inmorales, tan bajos que van en contra del significado más sublime del amor y de las relaciones íntimas en una pareja.

Preocupa el hecho de que el poder, el dinero, el acoso, la intimidación, el sexo pervertido y perverso provoque tanta efervescencia, que provoque tal conmoción.

¿Qué hay dentro de nosotros que es realmente lo que nos atrae a este tipo de temas?¿Será entonces que aquello que toda la vida hemos pensado y defendido como valioso no lo es tanto y que solo estamos atrapados por prejuicios que nos inhiben, y realmente aspiraríamos a vivir estas experiencias a las cuales no podemos acceder por tabúes y no tanto un convencimiento?

¿Tenemos clara nuestra idea de lo que son el amor, la relación de pareja, lo que esperamos de nosotros y de nuestros hijos en cuanto a sus aspiraciones como personas, a su sexualidad?

Quien tiene firmes sus convicciones, por supuesto que habrá salido de la película habiendo pensado en que solo sirvió para pasar el tiempo, un tiempo que le dejó un mal sabor de boca, porque el espectáculo fue denigrante para una pareja que lo menos que vivió en esa relación fue amor, y que desvirtúa totalmente el concepto de lo que es el amor verdadero y la búsqueda una intimidad saludable y plena.

Espero que de esto resulte algo bueno, como el seguir luchando por la dignidad femenina, por la integración de una pareja donde se demuestre que la pasión no implica romper las barreras del respeto y la ternura.

Espero que las nuevas generaciones no sean víctimas de este tipo de mensajes que solo deforman un criterio que apenas se está moldeando.


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