No pretendo que estés de acuerdo conmigo, pero sí que nuestras diferencias sean respetadas.
Si estoy equivocada, a tu juicio, pero me ves feliz, dame la oportunidad de errar y corregir, sin hacerme sentir tu reproche; sin darme la espalda ni hacer críticas severas sobre mis acciones.
A veces mi audacia o mi impulsividad pudieran ser para ti inadecuadas, pero si en ello no implico a otros, si solamente me juego mi destino y lo arriesgo por aquello que conscientemente elijo y me alienta a vivir, me alimenta el alma, me inspira y hace que cada día encuentre en ello el incentivo para seguir adelante con esperanza y fe, déjame equivocarme amiga mía.
A mi edad ya los desaciertos no son novedad, ni irreparables, a tanto reparar daños he aprendido a reconstruir, a reciclar, a resurgir una y otra vez. No tengo miedo a equivocarme, tengo ya experiencia en ese rubro. Lo que temo es que la vida no dé plazo suficiente a lograr lo que es un anhelo.
Mientras pueda mi cuerpo sostenerme, iré tras mis sueños, mientras éstos sean sostén para el alma, esa mi alma que no sigue a la par de mi cuerpo el ritmo del tiempo, y que me lleva intrépida a intentar una y otra vez a hacer de esta vida una aventura y no tan solo monótona rutina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario