domingo, 24 de febrero de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Me rehúso a creer que como se dice una y otra vez, el mexicano es el peor enemigo del mexicano. Que solo busca el éxito logrado por el camino fácil, que lo mueve la envida y no la superación. Que cifra su futuro en un billete de lotería, que es conformista, y que cuando alcanza el éxito no lo sabe apreciar y dilapida la fortuna lograda para terminar en la miseria.

Triste descripción la que hace un mexicano de sus congéneres, si bien describe en gran medida  la naturaleza de muchos de los seres humanos, independientemente de su nacionalidad, no hace justicia a una diversidad que es la que compone la población mexicana. 

Habría que hablar también de las cualidades del mexicano, que no son pocas, de su entereza, de su creatividad, de la solidaridad que se hace patente ante los acontecimientos catastróficos y que  ha sido ejemplar. Gente que demuestra en su territorio y fuera de él sus capacidades intelectuales, sus habilidades, su ingenio.  Gente que ha podido ante la adversidad mantener el espíritu y los ideales.

Los mexicanos somos un pueblo con identidad, que no debe ser estigmatizada, que tiene matices, que tiene los recursos suficientes física, mental y espiritualmente para vencer obstáculos, para demostrar que no hay etiquetas para englobarnos a todos, para hacer saber que no somos una etnia  subnormal, sino amalgama de caracteres, de cualidades y defectos, pero con alma labrada desde hace siglos. 

No somos enemigos, no solo nos mueve la envidia, no tan solo puede haber  mexicanos ignorantes, sin aspiraciones. Somos mucho más que eso y somos más los que estamos en lucha continua por lograr para nuestro país un mejor destino.

Seamos unos para otros un espejo donde se refleje lo mejor de un pueblo que tiene talento, tradición, historia y mucho corazón.

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