domingo, 24 de marzo de 2019

VIÑETAS por María del Carmen Maqueo Garza


La verdad es  ave mañanera que llama a mi ventana.
Se insinúa sutil, como la brisa con que la luna  lava su cara antes de dormir.
Son trinos acompasados y dulces que requieren  silencio para ser escuchados.

Como el ave y el viento, contener las propias corrientes, aguzar los sentidos.
Silenciar los prejuicios, los propios pensamientos
y atender la quietud de Dios en cada una de sus criaturas.
Despojarse del vestido externo, ese que llevamos  por el mundo
para ocultar las vergüenzas propias
           bajo un manto de estridencias.

Es al amanecer, desde el silencio, como  la gran verdad se manifiesta,
cuando el Señor, dejando atrás los ruidosos tambores del "yo mismo"
          de los más pequeños,
susurra a nuestro oído --padre amoroso--, su verdad absoluta
desde el gran silencio.
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