domingo, 15 de diciembre de 2019

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

La vida me ha dado muchas oportunidades para sentirme orgullosa. Orgullo que no es sobreestimar, sino tan solo sentir que tiene mérito alguna acción o logro que se ha alcanzado y que conlleva un esfuerzo.

He aprendido a mantener contrapeso, para que el orgullo no me sobrepase, no me haga perder piso, ni me impida reconocerme tal cual soy. Tal cual, con la autoestima suficiente para no ignorar mis cualidades y logros, con la humildad indispensable para que sin arrogancia, sin soberbia, sepa darle el justo valor a mis virtudes, así como a mis deficiencias, mis incapacidades.

Ser humilde ante los demás, sin que esto implique que me humille, para no actuar con arrebatos ante la agresión, para no pretender demasiado reconocimiento de los demás, o recompensas por favores otorgados. Simplemente, para no perder la gracia de saber pedir perdón y perdonar, para no perder por insano orgullo, una amistad o un afecto tan solo por imponer la propia verdad a toda costa, menospreciando intelecto y virtudes de los demás.

Nada me ha abierto más puertas en la vida, ni me ha dado la oportunidad de conservar afectos, de ser agradecida y de siempre ver en los demás cualidades dignas de emular, que dejar a un lado orgullos y vanidad, para  darle cabida plena a la humildad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario