domingo, 16 de febrero de 2020

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Si bien las redes sociales han permitido un contacto más inmediato y constante entre la gente, facilitándonos acercarnos a mucha gente que se encuentra lejos, y que a veces ni siquiera conocemos en persona, nos lleva a alejarnos de aquellas que están próximos a nosotros. 
Es curioso como podemos conocer vidas ajenas y las seguimos a diario, y sin embargo no tenemos idea de lo que pasa con aquellos con los que convivimos cotidianamente, quizá hasta el término convivir dice más que lo que nuestras relaciones interpersonales con ellos. 

Se ha empobrecido el contacto personal, con ello se ha perdido la sensibilidad  de aprender a reconocer los sentimientos y las emociones a través del mismo.

Tengo nostalgia de aquellos tiempos donde la distancia se acortaba a través de una carta, cuando se requería del esfuerzo de escribir unas letras y tomarse el tiempo de enviarla. De la emoción de esperar que llegara el cartero y nos trajera la ansiada misiva donde se plasmaba --de puño y letra--, su sentir, su acontecer. Nostalgia del toque humano que dan las reuniones personales, de reconocer en la mímica, en los gestos, en el tono de voz, en la mirada más allá de tan solo en las palabras, lo que una persona  quiere transmitir. De este modo se tiene la posibilidad de palpar la autenticidad o falsedad de lo que se dice.

Habremos de adaptarnos a este tipo de interacción virtual, solo esperemos que dicha adaptación no conlleve la pérdida de la autenticidad, la sensibilidad, la emoción de los encuentros personales, la facultad de expresarnos verbalmente; el no reconocernos por nuestra voz, nuestras miradas.

Solo espero que la tecnología no atrofie nuestra capacidad de comunicar  ideas y sentimientos con la autenticidad y emoción que solo da el encuentro personal, ese que nos hace sentir que la vida que vale la pena, es la real.

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