domingo, 16 de febrero de 2020

Prosa poética por María del Carmen Maqueo Garza



En los ratos en que surge el desasosiego, hilvano recuerdos.

Cuando el paso del tiempo me genera zozobra, echo mano de mi castaña de memorias.  Saco hilo y aguja y comienzo a hilvanarlos, uno junto a otro.  Los mejores, los más alegres.  Aquellos que dan cuenta de  los tiempos cuando no importaba el transcurso de los días o los meses.

Ahora, con mis años a cuestas y un manojo de temores a los hombros.  Cuando –de un solo golpe—me cae el peso de la realidad encima, voy al ropero de la abuela.  Busco el viejo  costurero de mimbre, preparo mis enseres.

Luego abro la castaña clara de mis memorias.  Reviso las vivencias de ayer, las acomodo encima de la mesa.  Voy sintiendo la emoción de un niño que anticipa su creación.   Comienzo a hilvanar mis  recuerdos.  Lo hago con hilos de distinto color.

Así veo nacer una cobija que habrá de abrigar el  frío paso del tiempo sobre mis huesos…Y sonrío.

A través de la ventana veo venir el invierno.  Lo recibo gustosa.


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