16 DE AGOSTO
Que hay que regresar a clases.
Que es malo para los niños estar así, nomás en la casa, sin
aprender.
Que sin el mentado “guaifai” muchos pueden
estudiar en línea.
Que México tiene que salir adelante. Que el comercio tiene
que abrir.
Por eso vacunaron a los maestros.
Fuimos los padres y las madres a limpiar la escuela.
Ya nos pusimos de acuerdo los del aula para llevar garrafones por semana,
mientras instalan el agua.
Que es obligatorio llevar cubrebocas y guardar la sana
distancia.
A mí me da miedo que vuelvan a clases, pero dicen que hay que
hacerlo.
Ellos son los que saben más.
30 DE AGOSTO
El niño empezó antier con mucha fiebre y tos. Y dolor de
cabeza.
Me decía que sus piernas no lo sostenían, nomás quería estar
dormido.
Ya no se levantó pa’la escuela.
Le he querido dar algo de comer y todo vomita.
Anoche se empezó a quejar.
Cada vez que respira, se queja.
Salí a buscar donde me lo consultaran. Había fila en urgencias.
Ya para cuando nos tocó entrar, mi hijo estaba privado, los
labios morados.
Le hablaba el médico y ni abría los ojitos, nomás se le
hundía el pecho
de mero en medio y se le oía el mismo ruidito cada que
respiraba.
El corazón le latía como potro desbocado, rápido, rápido.
Yo empecé a sentir que todo se iba poniendo negro, se me
hundía el piso más y más.
No podía dejar de mirarlo ni un momento.
¡Lo traes muy malo, madre! Alcancé a escuchar la voz del
médico,
Así, como si fuera un eco en una cazuela de barro, muy lejos.
No podía hablar. Sentía como un sapo atravesado en la garganta.
Mi hijo abrió bien grandotes los ojos, se me quedó mirando y
de golpe los cerró.
Ya luego no supe qué pasó.
31 DE AGOSTO
Mi niño ya está en el cielo.
que le dé gracias a
Dios de que casi no sufrió, dice su madrina. Que hay tantos que duran mucho
tiempo enfermos.
No entiendo, pues, qué fue. No, no pudo ser el mentado COVID. Ellos son los que saben, nos dijeron que los niños no se
enferman, que por eso iniciaban las
clases, porque ya no había riesgo de contagio.
¿Y ‘ora qué hago aquí sola, sin mi niño, con los brazos vacíos?
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