domingo, 3 de julio de 2022

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez


Los seres humanos terminamos siendo títeres a los cuales se nos maneja a complacencia de una élite que decide lo que comemos, lo que vestimos, en resumen, lo que consumimos.

Con estrategias de índole psicológica, nos convierten en consumistas, nos convencen de estar a la moda, aunque la moda nos haga ver ridículos y uniformados.

Así mismo, resultamos víctimas de drogas, que a consideración de ellos, son "legales" como el tabaco y el alcohol, a pesar de que está más que demostrado los efectos nocivos de su consumo, el gran potencial de adicción que poseen, los daños a la salud física y emocional, que repercuten en la estabilidad de la familia y la sociedad.

Yo fui adicta al tabaco por veinte años, un día decidí dejarlo por convicción propia, fue de un día a otro, seguramente con un proceso previo que llevaba años inconscientemente. Sin ayuda de ningún recurso paliativo para evitar la ansiedad que implica dejarlo, lo logré, como lo hemos hecho miles de personas, porque finalmente decidimos ver tan solo en este vicio la parte negativa y sentirnos presa de él, cuando por "placer" estamos minando nuestra salud , sin que se requiera ser médico para saber todo el daño que infligimos a nuestro organismo, sin sentido, irresponsablemente, con pleno conocimiento de causa, retando a las evidencias, como si fuéramos de otra estirpe a la cual el cigarro no va a dañar, como, siendo franca a veces he sido testigo de que suceda.

Lo cierto es que tarde o temprano, a la mayoría nos pasa la factura. Lo triste es que cuando nos la pasa, generalmente corresponderá a otros hacerse cargo de ella, porque no contentos con los estragos que la vejez por sí misma nos provoca, le agregamos un daño autoprovocado, conscientemente, imprudentemente.

No es fácil dejar un vicio tan arraigado en la humanidad, que primero nos promovieron por todos los medios, que a pesar de que iniciarlo nos causa molestias. Insistimos en él, que termina siendo más poderoso el placer estimulante sobre nuestro sistema nervioso central, que el reconocer que es un daño severo a nuestra salud.

Dicen que nadie experimenta en cabeza ajena, ni en pulmones ajenos, ni el ejemplo de otros sirve de mucho, cuando no es por propia voluntad que decidimos abandonar este u otro vicio. Para colmo se lleva de maravillas con el alcohol y hasta ejerce un efecto socializante. Ojalá el ejercicio tuviera el mismo efecto.

Un vicio que solo al dejarlo, comenzamos a verlo tal cual es, y a arrepentirnos de haberlo mantenido tanto tiempo, pero con la satisfacción de podernos sentir liberados cada día de este siniestro y perverso tabaquismo. No sé si dejaré de fumar de por vida. Me comprometo a hacerlo diariamente, diciendo; SOLO POR EL DIA DE HOY...

Y tú: ¿cuándo dejarás de fumar?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario