domingo, 11 de junio de 2023

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

 

He oído muchas veces decir que la salud es un "derecho inalienable" de todo ser humano. Suena bien. Yo sin profundizar mucho, entendía que nos debía ser posible conservar sin que lo impidiera, ni la raza, ni la posición socioeconómica, ni el credo, en fin, nada podría impedir a nadie que ante una enfermedad tuviera la posibilidad de recuperar su salud. La palabra inalienable significa "que no puede ser objeto de comercio, ni ser privado de él su titular bajo ningún concepto". Nada más alejado de la realidad que este adjetivo para calificar un derecho que pocos tienen posibilidad de ejercer.

La salud se ha convertido en un derecho inalcanzable para una gran mayoría, accesible para unos cuantos. Se ha permitido desde hace décadas que la seguridad social decaiga y sea lo menos seguro en la percepción de la gente. Definitivamente se compadece a quienes no tienen o tenemos otros recurso para asistencia médica, lo cual resulta casi imposible admitir, porque ha sido estratégicamente provocado por intereses privados, aunado a una gran corrupción donde se ha saqueado impunemente a las instituciones, de manera abierta y descarada. Los seguros médicos se han convertido en productos de primera necesidad, para los menos es un gasto que no implica mayor problema, para otros un gasto que representa gran esfuerzo, creando angustia al tan solo pensar en que llegue el momento en que no se tenga económicamente la posibilidad de seguirlo pagando.

Los hospitales privados, que en los últimos años han tenido un auge notable, en los cuales hay mayor garantía de recibir atención adecuada, tienen costos estratosféricos, inaccesibles para la mayor parte de los mexicanos, quedando como el sueño imposible que pocos podrán realizar o que por alcanzarlo se tendrá que perder gran parte o todo el patrimonio que durante  una vida se logró obtener. Se obtiene la salud física, para quedar en bancarrota y finalmente tampoco esta situación es saludable, ni es el caso para la generalidad de la población.

Inalienable le queda grande a este derecho a la salud, no es real, es un derecho al que muchos tendremos que renunciar porque no nos es posible, porque nos han puesto demasiadas trabas para alcanzarla, porque la salud se ha convertido en un botín, porque se comercia con ella, porque enriquece a unos cuantos y a una gran mayoría se le niega. Triste realidad, que se nos engañe con frases huecas que suenan bien, pero tienen olor a engaño.

¿Cuándo  llegará el día en que enfermar no implique la ya de por sí la penosa situación que enfrentemos, sino también la travesía por un sinnúmero de ineficiencias, de carencias, de mala praxis que las instituciones implican?  Espero, aunque quizá no me toque verlo, que la única diferencia entre la medicina privada y la pública no sea tan abismal. Que podamos vivir con la tranquilidad de que, llegado el momento, tengamos a nuestra disposición atención médica de calidad, sin que esto resulte en un gasto gravoso. Que no nos quite el sueño el no contar con un seguro médico. Que no sea la palabra "inalienable" tan solo un adjetivo, sino una realidad.

 

2 comentarios:

  1. Me gusto mucho su Artículo, lo cual comparto. Muchas gracias.

    ResponderBorrar
  2. Hace poco alguien escribía que esta situación de pésima atención en las instituciones de salud pública ha hecho que muchos optemos por pagar y esto contribuye a empobrecimiento ya que sacamos nuestro ahorros destinatarios notas comer más adelante o que se yo pero si es preocupante que la calidad de atención haya disminuido a niveles alarmantes….

    ResponderBorrar