domingo, 19 de enero de 2025

CONFETI DE LETRAS por Eréndira Ramírez

Soy una amateur en el oficio de escribir, sin embargo procuro poner atención en la gramática . En el manejo de las relaciones interpersonales, se entremezclan los distintos tipos de lenguaje, y aún pretendiendo fluyan auténtica y espontáneamente, se involucran tantos factores en la comunicación, que finalmente más allá de como nos expresamos, influyen las circunstancias en las que lo hacemos, y la interpretación del receptor, entre otros.

Aún considerando poseer cierto equilibrio emocional, más de una vez nos falla la gramática en este ámbito. Cometemos errores en la acentuación de sentimientos que realmente no debieran ocupar un lugar relevante, colocamos puntos suspensivos en relaciones donde perdemos el hilo conductor que nos mantiene unidos a unos con otros, puntos suspensivos que en ocasiones no volverán a tener continuidad y se tornarán en punto final.

En la gramática emocional, es importante el uso de la coma, para permitirnos esa pausa que nos separe ideas, para no confundir unas con otras, para dar claridad a lo que realmente pretendemos transmitir.
El punto y aparte es un signo que muchas veces nos permite dar pie a dejar finalizada una situación que no nos conduce a nada bueno, pero sin dejar a un lado la oportunidad de dar un giro y reconvertirla, renovarla y no dejar que se pierda una un lazo afectivo que ha revestido importancia en nuestra vida.

No entrecomillar nuestros verdaderos sentimientos, para que no se considere los hayamos usurpado, utilizar correctamente los paréntesis cuando nuestras acciones o al comunicarnos, tantas veces necesarias para aclarar equivocaciones.

Saber cuando colocar el punto final en esas situaciones que no nos llevan a mantener armonía,  que alargamos a veces por temor, por codependencia, pero que definitivamente terminan por quitarnos la paz.

En un buen manejo del lenguaje estriba una gran parte de lograr comunicación efectiva, en el escrito que actualmente ha ganado un lugar primordial se ha dejado a un lado la gramática y eso provoca malentendidos de menor a mayor gravedad y con menos o más repercusiones en las relaciones humanas.

Quizá en la esfera emocional, el uso de los diferentes signos gramaticales pudieran ayudar para dar fluidez en la transmisión de nuestras emociones para que puedan ser más fácilmente comprensibles y que exista congruencia entre lo que pensamos y decimos, y sobre todo con lo que sentimos y queremos transmitir a los demás.

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